Beneficio informado, real y recurrente del BBVA en 2019

El Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) ha informado de un beneficio neto de 3.512 millones de euros en 2019. Sin embargo, esta cantidad incluye 419 millones de euros que corresponden a titulares de instrumentos de deuda híbrida (principalmente deuda subordinada) y no a los accionistas. El beneficio realmente atribuido a los accionistas fue de 3.093 millones de euros. Esta información únicamente se proporciona en la memoria de las cuentas consolidadas.

Fuente: BBVA

El número de acciones al cierre de 2019 fue de 6.667,9 millones. Si dividimos el beneficio atribuido a los accionistas (3.093 millones de euros, como se ha indicado antes) por el número de títulos se obtiene un beneficio por acción de 0,464 €. El banco da una cifra de 0,47 € porque excluye las acciones en autocartera. Al cierre de 2019 el BBVA tenía el 0,213% de sus propias acciones.

La entidad cargó a resultados 1.318 millones de euros por el deterioro de su fondo de comercio en Estados Unidos. Sin esta partida extraordinaria, el resultado atribuido habría sido de 4.830 millones de euros y el beneficio por acción de 0,66 € según informa el propio banco. SIn embargo, de este resultado recurrente habría que deducir los 419 millones de euros atribuidos a titulares de deuda híbrida, de modo que el resultado recurrente atribuido a los accionistas sería de 4.411 millones de euros. El beneficio por acción recurrente resultante de dividir esta cantidad por el número de acciones sería de 0,66 €, la misma cifra que da el BBVA, ya que en el cálculo del beneficio por acción la entidad sí que descuenta la parte del beneficio imputada a los titulares de deuda.

En 2018 el beneficio por acción fue de 0,75 € pero en vez de haber pérdidas extraordinarias hubo ganancias extraordinarias de 697 millones de euros por la venta de BBVA Chile. Sin esas plusvalías, el beneficio por acción recurrente fue de 0,64 €, una cifra similar a la de 2019.

Fuente: BBVA

 

Rendimiento por dividendo y ratio PER del IBEX 35 al cierre del 12 de marzo

El IBEX 35 ha cerrado el 12 de marzo de 2020 a 6.390,9 puntos, la mayor caída de su historia, un 14,06%. Acumula una minusvalía del 33,07% en 2020. Desde el máximo anual del 19 de febrero, la pérdida es del 36,62%. Ver Ciclos del IBEX 35 desde 2007.

El ratio PER del índice es actualmente de 10,83 veces si consideramos los beneficios netos estándar, con la excepción de Endesa y Repsol. Para estas últimas compañías he tenido en cuenta el beneficio neto recurrente debido a las depreciaciones extraordinarias de activos realizadas por ambas. Se trata de un PER ponderado, en el cual el PER de las compañías que ponderan más por capital flotante (capital que no está en manos de accionistas de control) pesa más que el de las compañías con menor capital flotante.

Si se tienen en cuenta los resultados recurrentes informados por las sociedades del índice, el ratio PER resulta ser de 8,88. En este cálculo he considerado los beneficios recurrentes o ajustados de Acerinox, ArcelorMittal, BBVA, Cellnex, Endesa, IAG, Repsol, Santander y Telefónica, así como el beneficio neto de operaciones continuadas de Ferrovial.

El rendimiento medio por dividendo de los valores del IBEX 35 es del 6,37% al cierre de la sesión, tomando como referencia los dividendos estimados a lo largo de 2020. En este caso, se trata de una media simple.

Ver Dividendos del IBEX 35 previstos por meses en 2020

El rendimiento mediano del índice (el rendimiento del valor que ocupa la posición intermedia de la tabla) es aún mayor, del 7,19%. Hay que tener en cuenta que el dividendo de Repsol puede no ser sostenible actualmente dado que el precio del barril Brent de petróleo se sitúa sensiblemente por debajo de los 50 dólares.

El verdadero valor contable de Telefónica

Al final de 2019, el patrimonio neto de Telefónica era de 25.450 millones de euros, de los cuales 8.332 millones correspondían a intereses minoritarios. Así, el patrimonio neto atribuido a los accionistas era, desde un punto de vista contable, de 17.118 millones de euros. Si dividimos esta cantidad por los 5.192 millones de acciones del capital social, obtenemos un valor contable de 3,30 €. En realidad, habría que sumar las acciones con efectos dilutivos derivadas de planes de derechos. Son acciones que todavía no se han creado pero cuya creación está prevista en un futuro próximo. En 2019 el total de este tipo de acciones fue de 4,7 millones, con lo que el valor contable resultante sería de 3,29 €.

Sin embargo, dentro del patrimonio neto se computan 8.243 millones de euros en obligaciones perpetuas subordinadas. Se trata de títulos de deuda de tan baja exigibilidad que las normas contables permiten contabilizarlos como patrimonio. Como dice la Memoria Consolidada de Telefónica: “En todas estas emisiones de obligaciones perpetuas subordinadas (instrumentos híbridos) el emisor tiene la posibilidad de diferir en el tiempo el pago de los cupones, por lo que no son exigibles por los titulares. Dado que el repago del principal y el pago de los cupones depende exclusivamente de la decisión que tome Telefónica, estas obligaciones perpetuas subordinadas constituyen un instrumento de patrimonio.“

Estrictamente, la deuda no puede ser patrimonio, solo los recursos propios (el capital, las primas de emisión, las ganancias acumuladas) lo son. Si restamos del patrimonio dichas obligaciones subordinadas, el verdadero patrimonio neto de los accionistas de Telefónica asciende a 8.875 millones de euros, lo que da un valor contable real de 1,71 €. Esta cifra se ha mantenido sin apenas cambios desde 2015.

A los precios actuales de 5,40 €, la acción de Telefónica cotiza, pues, a 3,1 veces su valor contable real.

El coste financiero de las obligaciones subordinadas fue de 379 millones brutos en 2019, lo que supone un interés medio del 4,6%. En términos netos, el coste fue de 282 millones de euros debido a las deducciones fiscales.

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Beneficios por acción de 2019 informados por las compañías del IBEX 35 y ratios PER

La tabla siguiente recoge los beneficios por acción estándar y, en algunos casos el recurrente, del ejercicio 2019 informados por las sociedades del IBEX 35.

Se ha incluido el beneficio por acción recurrente de Repsol, Telefónica y Endesa debido a las elevadas partidas extraordinarias cargadas a resultados en 2019. Ver Los resultados de Telefónica en 2019 y los dividendos hasta junio de 2021.

Asimismo, se indican los resultados por acción recurrentes de Merlin Properties e Inmobiliaria Colonial, ya que su beneficio suele incluir revalorizaciones de activos que distorsionan la magnitud.

Para las cinco empresas comentadas, el ratio PER se ha calculado en base al beneficio por acción recurrente.

El ratio PER mediano del IBEX 35 (el PER del valor que ocupa la posición media en el ranking) era de 14,88 veces el 3 de marzo, con un IBEX 35 a 8.811,6 puntos.

Los resultados de Telefónica en 2019 y los dividendos hasta 2021

Telefónica informó de un beneficio neto atribuido de 1.141,8 millones de euros en 2019. De esta cantidad, hay que descontar 282 millones de euros atribuibles a titulares de obligaciones perpetuas subordinadas, de modo que el beneficio neto atribuido a los accionistas fue de 859,8 millones de euros. Supone una caída del 70% respecto a 2018.

El beneficio por acción efectivo fue de 0,166 €, que coincide con el informado por Telefónica, que es de 0,17 €. En el cálculo del beneficio por acción, la compañía sí descuenta la parte del beneficio imputada a otros instrumentos de patrimonio (deuda considerada como recursos propios debido a su baja exigibildad, como los bonos subordinados).

La fuerte reducción del beneficio se debe principalmente a unas provisiones no recurrentes por valor de 2.170 millones de euros, mientras que en 2018 se cargaron 461 millones de euros por este concepto. Dichas provisiones incluyen gastos de reestructuración de 1.732 millones de euros en Telefónica España, principalmente relacionados con reducción de personal de acuerdo con el plan voluntario de suspensión de empleo, y un deterioro del fondo de comercio en Argentina por 206 millones de euros. La compañía indica que el beneficio neto subyacente, que excluye el impacto de partidas no recurrentes, fue de 3.574 millones de euros, y que el beneficio por acción subyacente fue de 0,65 €. Sin embargo, en este caso Telefónica no excluye la remuneración de la deuda híbrida. Si lo hacemos, el beneficio por acción subyacente sería de 0,63 €. Esta magnitud estaría más en línea con los resultados de los últimos años.

Como aspecto positivo, cabe destacar la progresiva disminución de la deuda financiera neta, que ha pasado de 56.624 millones de euros en 2016 a 43.439 millones de euros en 2019. Telefónica indica que su deuda financiera neta fue de 37.744 millones de euros debido a una metodología de cálculo propia, como es habitual en las compañías cotizadas. La empresa deduce de la deuda, por ejemplo, un valor positivo neto por la cartera de derivados por importe de 1.948 millones de euros, así como activos financieros no corrientes disponibles para la venta. El vencimiento medio de la deuda financiera del grupo es de 10,5 años.

El flujo de caja libre, principal referencia para el pago de dividendos, muestra una evolución más estable que el beneficio. Desde 2016 se ha mantenido por encima de los 4.000 millones de euros. En 2019 el flujo de caja libre por acción fue de 0,89 €, que contrasta con un beneficio por acción de 0,17 €. La compañía ha anunciado un dividendo de 0,4 €, tanto a cargo de 2019 como de 2020. De este modo, pagará 0,20 € como complementario de 2019 en junio de 2020, 0,20 € a cuenta de 2020 en diciembre de 2020 y 0,20 € de complementario de 2020 en junio de 2021. 

Al precio actual (5,4 €), la acción sufre una minusvalía del 13% en 2019. A ese precio, el rendimiento bruto es del 7,4%.

La acción de Telefónica ha cerrado en negativo cada uno de los últimos cinco ejercicios. Cien euros invertidos en acciones de la compañía en diciembre de 2006 se habrían transformado en 74,8 € con reinversión de los dividendos netos, un 33% menos que si se hubieran invertido en un fondo indexado al IBEX 35.

¿Peligra el dividendo de Repsol?

Repsol prevé abonar un dividendo de 1 € a cargo de 2020, de los que unos 0,45 € se pagarían en diciembre de 2020 y 0,55 € en junio de 2021. En junio de 2020 se esperan 0,526 €, de modo que a lo largo de 2020 la remuneración al accionista será de unos 0,976 €. A los precios actuales (10,90 €), el rendimiento por dividendo es de casi el 9%, una cifra inaudita.

Pero, ¿es sostenible este dividendo?

En la actualización de su plan estratégico presentada en junio de 2018, Repsol realizó unas proyecciones de dividendos para el período 2018-2020 bajo el supuesto de que el precio del barril de petróleo Brent se mantuviera al menos en los 50 dólares. La compañía ha cumplido sus previsiones para 2018-2019 y ha confirmado un dividendo de 1 € para 2020. En el plan se contemplaba que en un escenario más favorable (precio del Brent por encima de 50 dólares), además llevaría a cabo recompras de acciones propias (aparte de las que ya realiza para compensar los títulos creados en virtud del programa “Repsol Dividendo Flexible“, que permite cobrar la remuneración en acciones).

Sin embargo, no contemplaba el escenario adverso, ¡a pesar de que el subtítulo del documento era “Crecimiento y valor en cualquier escenario“! En dicho documento se indicaba que el dividendo estaba completamente cubierto si el precio del barril Brent se mantenía estable por encima de los 50 $, de lo que se deduce que la cobertura sería parcial por debajo de ese precio. Se entiende, además, que cuanto más se aleje el precio del Brent de esa referencia, mayor será el recorte en el dividendo.

Hay que recordar que entre julio de 2015 y agosto de 2017, el precio del barril Brent estuvo por debajo de 50 dólares la mayor parte del período, como se ve en el gráfico siguiente. Actualmente, el precio se sitúa en torno a los 54 dólares, lo que tiene en vilo a los inversores.

Fuente: tradingeconomics.com

No obstante, la compañía está reorientando su estrategia hacia una menor dependencia de los combustibles fósiles y una mayor apuesta por las energías renovables, como el hidrógeno, y los biocombustibles. En diciembre de 2019 reiteró su compromiso con la lucha contra el cambio climático para adaptarse al nuevo escenario de transición energética. Espera haber reducido su dependencia del carbono (respecto al año base de 2016) en un 10% en 2025, un 20% en 2030 y un 40% en 2040. Aunque afirma ser la primera compañía de su sector que se propone generar cero emisiones netas en el año 2050, su objetivo real es alcanzar en ese año “al menos el 70% de reducción de emisiones netas“ y compensar el resto de emisiones contaminantes con reforestación y otras soluciones climáticas naturales.

A corto plazo, pues, la reducción de la dependencia de los hidrocarburos no va a ser especialmente rápida, por lo que cabe esperar que una eventual caída sustancial y duradera de los precios de los mismos tenga algún impacto sobre el dividendo.

Cobertura actual del dividendo

En este contexto, la compañía ha rebajado sus expectativas sobre el precio futuro del petróleo y del gas, lo que ha supuesto una corrección del valor contable de algunos activos, principalmente de exploración y producción de hidrocarburos en Estados Unidos y Canadá, por valor de 4.849 millones de euros después de impuestos.

En la actualización del plan estratégico de 2018, Repsol esperaba un beneficio por acción de 2 € en 2020. Esto no ha podido ser debido a la depreciación de activos señalada, que ha provocado que el beneficio neto de 2019 haya sido negativo en 3.816 millones de euros. Los saneamientos contables totalizaron 5.823 millones de euros, que incluye dicha depreciación de activos y provisiones para cubrir riesgos de litigios legales. De estos últimos, el más relevante es el contencioso que mantiene con la británica Addax Petroleum relacionado con la compra de Talisman Energy de 2015, por el que ha provisto 837 millones de euros por una posible indemnización.

En 2019, el beneficio neto sin estos extraordinarios fue de 2.042 millones de euros según la compañía, lo que supone 1,337 € por acción. Si bien está lejos del objetivo de 2 € establecido en 2018, cubre ampliamente el dividendo a cargo de 2019, que será de 0,95 €.

Por otro lado, el flujo de caja operativo fue de 4.849 millones de euros (3,17 € por acción). Más relevante aún es el flujo de caja libre, que fue de 1.755 millones de euros (1,15 € por acción), que también da cobertura al dividendo. Según Repsol, el flujo de caja libre ajustado fue de 2.060 millones (1,35 € por acción).

Repsol actualizará en mayo de 2020 su plan estratégico para 2021-2025.

 

Los resultados de ACS en 2019

ACS sufrió un deterioro en sus ratios financieros en 2019, lo que explicaría su mal comienzo de año. Entre el 29 de octubre de 2019, cuando cerró a 36,87 €, hasta el 3 de febrero de 2020 (29,53 €) corrigió un 20%.

Los ingresos aumentaron un 6,5% pero el beneficio operativo cayó un 38,8% (el beneficio operativo de 2018 ha sido revisado al alza pero tomo como referencia el dato informado en su momento).

También hay que tener en cuenta que la entidad ofrece datos diferentes sobre el beneficio operativo en las cuentas que remite a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) respecto a los que ofrece en sus presentaciones de resultados a los inversores.  Mientras que en las primeras informa de 881,2 millones de euros, en las segundas indica 2.126 millones de euros (un 3,7% más que en 2018). La significativa discrepancia se debe en parte a que en la presentación de resultados, la entidad incluye dentro del beneficio operativo los resultados por puesta en equivalencia de aquellas filiales, en particular Abertis, que considera que “forman parte de su mismo negocio operativo“.

Así, en la presentación de resultados señala que el beneficio operativo “directo“ fue de 1.572 millones de euros, un 5,8% menor al de 2018, mientras que el beneficio operativo procedente de los resultados por puesta en equivalencia fue de 553 millones de euros, un 44,9% más que en 2018.

En cuanto al beneficio neto atribuido no hay discrepancias y fue de 962 millones de euros, lo que implica un beneficio por acción de 3,13 €, una mejora del 6,5% respecto al ejercicio anterior. Abertis contribuyó en 245 millones de euros al beneficio neto.

La acción de ACS ha cerrado cada uno de los últimos siete años con un PER entre 11,5 y 12,5 veces aproximadamente.

La actividad de construcción se vio impactada por el cese de actividad de su participada australiana CIMIC en Oriente Medio, lo que causó pérdidas de 420 millones de euros. Estas pérdidas no recurrentes se compensaron totalmente con plusvalías de 250 millones de euros obtenidas con la venta de activos de energía renovable y con la aplicación de 170 millones de euros de provisiones por riesgos internacionales relacionados con Oriente Medio. Por tanto, ACS considera que su beneficio neto informado coincidió con el beneficio neto recurrente.

La rentabilidad sobre recursos propios (ROE) fue del 21,78% pero este ratio contrasta fuertemente con la rentabilidad sobre el capital empleado (ROCE), que fue únicamente del 5,88% (9,93% en 2018). Dado que el coste de la deuda financiera se estima en un 5,24%, el margen entre ambas magnitudes resulta escaso. No obstante, hay que tener en cuenta que el beneficio operativo informado en las cuentas de la CNMV incluye pérdidas no recurrentes.

La deuda financiera aumentó en mil millones de euros, hasta situarse en 9.482 millones. El efectivo aumentó en una cantidad algo superior, de modo que la deuda financiera neta se redujo de los 1.460 millones de euros de 2018 a los 1.393 millones de euros de 2019.

ACS considera que su deuda neta fue de solo 54 millones de euros. Es habitual que las compañías ofrezcan datos de deuda neta diferentes a los estándar ya que pueden incluir dentro del efectivo determinados activos financieros corrientes que no suelen considerarse como equivalentes de efectivo.

El valor contable fue de 14,03 €, similar al de 2018. Actualmente, la acción cotiza a 2,1 veces su valor en libros.

ACS pagó en febrero un dividendo a cuenta de los resultados de 2019 de 0,449 € bajo la modalidad de dividendo flexible. La mayoría de inversores (un 74% en 2019) pefiere cobrar el dividendo en acciones, pero la constructora suele recomprar en bolsa las acciones que debe emitir por este concepto, de modo que los scrip dividends no causan dilución en el beneficio por acción. Se espera un complementario del mismo importe que el año pasado, de unos 1,44 €. El dividendo total a cargo a 2019 ascendería, en tal caso a 1,89 €. A los precios actuales (30 €) supone un rendimiento por dividendo del 6,3%. La tasa de distribución del beneficio (payout) resultaría ser del 60%.

La acción de ACS cerró 2019 un 16,5% por debajo del precio de 2006. Sin embargo, gracias a la reinversión de los dividendos netos (considerando que se cobraron en efectivo), la rentabilidad acumulada ha sido del 44,1% entre 2006 y 2019, frente a la ganancia del 11,5% del IBEX 35 con dividendos netos.

 

 

Beneficio real, dividendo y valor contable del BBVA en 2019

El Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) obtuvo un beneficio neto atribuido de 3.512 millones de euros en 2019, un 35% menos que en 2018.

En cambio, el beneficio antes de partidas no recurrentes fue de 4.830 millones de euros, un 2,7% superior al del ejercicio anterior. La diferencia se debe al deterioro del fondo de comercio de Estados Unidos, que ha supuesto un cargo de 1.318 millones en el cuarto trimestre. Por otro lado, en 2018 hubo extraordinarios positivos debido a las plusvalías de BBVA Chile.

Se da la circunstancia de que el beneficio neto después de partidas no recurrentes fue muy similar al de 2017. En aquel año, el BBVA cargó a la cuenta de resultados 1.123 millones por la pérdida de valor de su participada Telefónica y por provisiones derivadas de las cláusulas suelo hipotecarias.

Dado que el número de acciones de la entidad es de 6.667,9 millones, el beneficio por acción debería ser ser de 0,526 €. Sin embargo, el banco informa que dicha magnitud fue de 0,47 €.

Ver Beneficio real, dividendo y valor contable del Banco Santander

La discrepancia se debe a que el beneficio por acción se ajusta por la remuneración de “instrumentos de capital de nivel 1 adicional“. Dichos “instrumentos de capital“ son realidad títulos de deuda, y su remuneración son, por tanto, costes financieros. Pero la baja exigibilidad de esa deuda hace que las normas contables permitan contabilizarla como recursos propios.

En 2017 y 2018, el beneficio neto atribuido “a los accionistas“, según informaba el banco, incluía 301 y 313 millones de euros respectivamente de costes financieros contabilizados como beneficios. Para 2019 no tenemos aún el dato exacto debido a que la entidad no ha publicado aún su Informe de gestión anual. SIn embargo, podemos deducir la cantidad a partir del beneficio por acción, magnitud que sí descuenta dichos costes financieros. La cifra estimada es de 378 millones de euros. Así, el verdadero beneficio de los accionistas en 2019 fue de unos 3.134 millones de euros.

Como puede verse en el cuadro siguiente, el BBVA ha incrementado la retribución de dicha deuda híbrida de los 18 millones de euros de 2009 a los aproximadamente 378 millones de euros de 2019. El beneficio neto realmente atribuido a los accionistas ha pasado de los 4.210 millones de euros en 2009 a los 3.134 millones de euros en 2019, una disminución del 25,5%. El beneficio por acción ha caído sensiblemente más, un 56%, debido al importante aumento del número de acciones.

A cargo de 2019, la entidad pagará el mismo dividendo que a cargo de 2018, un importe total de 0,26 €. En octubre de 2019 realizó un pago a cuenta de 0,10 € y en abril de 2020 abonará el complementario, de 0,16 €.

Por qué el rendimiento por dividendo del Santander es superior al del BBVA

El valor contable tangible por acción fue de 6,27 €en 2019 (5,86 € en 2018 y 5,69 € en 2017). En tanto que la acción cotiza a 5,22 €, la relación precio / valor contable es actualmente de solo 0,83, lo que parece indicar que el mercado espera nuevas depreciaciones de activos en el futuro. Se trata de un descuento superior al del Banco Santander, que cotiza un 10% por debajo de su valor en libros.

Beneficio real, dividendo y valor contable del Banco Santander

 

 

Beneficio real, dividendo y valor contable del Banco Santander en 2019

El Banco Santander ha informado de un beneficio neto atribuido de 6.515 millones de euros en 2019, que supone una caída del 16,6% respecto a 2018.

El beneficio neto ordinario atribuido fue de 8.252 millones de euros, un incremento del 2,3% respecto a 2018. La diferencia entre ambas magnitudes, de 1.737 millones de euros, se debe a minusvalías, costes de reestructuración y otras pérdidas de valor de activos. En 2018 estas partidas, consideradas no recurrentes, ascendieron a 254 millones de euros. En la tabla siguiente se observa que desde 2016, el balance de pérdidas y ganancias no recurrentes ha sido negativo cada año.

Sin embargo, el beneficio neto atribuido informado por el banco incluye la retribución a los titulares de participaciones preferentes contingentemente convertibles en acciones ordinarias. Se trata de títulos de deuda que se convierten automáticamente en acciones ordinarias si se produce una determinada contingencia. En este caso la contingencia es que los ratios de solvencia del banco caigan por debajo de los mínimos exigidos por los criterios de solvencia de Basilea. Dichos títulos son considerados como deuda híbrida, o sea títulos de deuda que las normas contables permiten contabilizar como recursos propios debido a su baja exigibilidad.

El banco informa del importe imputado a los titulares de estas preferentes en el Informe de auditoría y cuentas anuales consolidadas, que suele publicarse a finales de febrero, por lo que no sabemos todavía la cifra exacta de 2019. En 2016, 2017 y 2018 fue de 334, 395 y 560 millones de euros respectivamente. SIn embargo, podemos estimar una cantidad de 597 millones de euros en 2019 a partir del beneficio por acción informado, ya que esta magnitud ya descuenta la retribución de las preferentes.

Ver Beneficio real, dividendo y valor contable del BBVA en 2019

Así, el verdadero beneficio neto atribuido a los accionistas del banco fue de unos 5.918 millones de euros en 2019. Si dividimos esta cantidad por el número medio de acciones en circulación más las dilutivas, obtenemos el beneficio por acción dilutivo, la magnitud que realmente interesa al accionista, y que fue de 0,361 €, como informa la entidad. El número de acciones con efectos dilutivos (acciones que todavía no se han creado pero cuya creación está prevista a corto plazo) solo se indica en el Informe de auditoría, que, como he indicado antes, todavía no está publicado. Estimo una cifra de 43 millones de títulos, igual a la de 2018.

En el cuadro siguiente podemos ver la evolución del beneficio por acción (BPA) de 2006 a 2019 y del ratio PER (precio dividido por el beneficio por acción) al final de cada año. Vemos que el beneficio por acción sigue por debajo del valor de 2015 y es un 67% inferior al de 2006.

El dividendo total a cargo de 2019 será de 0,23 € (0,10 € pagados a cuenta en octubre de 2019 y 0,13 € a pagar en abril de 2020).

El banco cambiará en 2020 la estructura de pagos de su dividendo. En abril de 2020 pagará, junto al tradicional complementario de abril, el tercer dividendo a cuenta que solía pagar en enero. El importe será de 0,13 €. La cantidad es la misma que la suma del dividendo a cuenta de 2018 de enero de 2019 (0,065 €) y del complementario de 2018 pagado en abril de 2019 (otros 0,065 €).

Por qué el rendimiento por dividendo del Santander es superior al del BBVA

De esos 0,13 € del complementario de 2019, habrá un pago en efectivo de 0,10 € y un dividendo opcional de 0,03 €, que se podrá cobrar en efectivo o en acciones, a opción del inversor. Ambos dividendos se descontarán el 30 de abril de 2020 y se abonarán en mayo.

A cargo de 2018 también abonó un total de 0,23 €, en tres pagos en efectivo de 0,065 € cada uno y un dividendo flexible o scrip dividend (o sea, dividendo a cobrar en acciones o en efectivo, a criterio del accionista) de 0,035 €. El programa de retribución flexible de la entidad recibe el nombre de Santander Dividendo Elección.

El Santander afirma que ha multiplicado por 2,3 su dividendo en efectivo entre 2014 y 2019. En realidad, todo el dividendo a cargo de 2014 se realizó mediante scrip dividends por un total de 0,60 €, en cuatro plazos de unos 0,15 € cada uno. Pero los accionistas optaron mayoritariamente por cobrar en acciones, de tal forma que de dichos 0,60 € solo 0,086 € se pagaron en efectivo.

En adelante, el Santander pagará el dividendo a cuenta en octubre del año en curso y el complementario en abril del año siguiente.

El cuadro siguiente indica la rentabilidad de las acciones del Santander de 2007 a 2019. Cien euros invertidos en las mismas en diciembre de 2006 se habrían convertido en 58,79€ con reinversión de los dividendos netos, la mitad que si hubieran sido invertidos en el IBEX 35.

El banco indica que el valor tangible neto contable fue de 4,36 € por acción en 2019, frente a los 4,19 € de 2018. La acción cotiza actualmente a 3,93 €, por lo que se valora un 10% por debajo de su valor contable.

El valor tangible neto es la diferencia entre el patrimonio neto y los activos intangibles. El valor tangible neto contable por acción es la magnitud anterior dividida por el número de acciones en circulación. El Santander lo define como “la cantidad que cada accionista recibiría si la empresa entrara en periodo de liquidación y se vendiesen los activos tangibles de la compañía“.

Beneficio real, dividendo y valor contable del BBVA en 2019

Beneficio, dividendo y valor contable de Mapfre en 2019

Mapfre obtuvo un beneficio por acción de 0,198 € en 2019, según datos de la propia compañía. Es un 15% más que los 0,172 € obtenidos en 2018, aunque la cifra sigue cerca de un 40% por debajo de la de 2007.

La aseguradora cerró a 2,36 € en 2019, lo que supone un ratio PER de 11,92. Actualmente (12 de febrero de 2020) cotiza a 2,42 €.

La compañía pagó un dividendo a cuenta de los resultados de 2019 de 0,0606 € en diciembre de 2019 y acaba de anunciar que el complementario será de 0,085 €, a abonar en junio de 2020. El dividendo total a cargo de 2019 es, pues, de 0,1456 €, igual al de los ejercicios 2017 y 2018. Supone un porcentaje de distribución (payout) del beneficio del 73,2%.

Cien euros invertidos en acciones de Mapfre en diciembre de 2006 valían 122,1 € al final de 2019 con la reinversión de los dividendos netos, algo más que si se hubieran invertido en el IBEX 35 con dividendos netos (111,5 €).

Mapfre informa de que su valor contable fue de 2,875 €, frente a los 2,596 € de 2018. La acción cotiza actualmente a 0,84 veces dicho valor, un descuento superior al de años recientes.

PER del IBEX 35 con los beneficios a septiembre de 2019

Ayer publiqué los beneficios por acción de los valores del IBEX 35 tras la reciente publicación de los resultados de Inditex, que es la última compañía en dar a conocer sus balances trimestrales debido a su diferente año fiscal. Ver Beneficio por acción estándar y recurrente de los valores del IBEX a septiembre de 2019.

Con estos datos podemos conocer el ratio PER actual del IBEX 35, así como el beneficio por acción del índice a septiembre de 2019. Al cierre del 12 de diciembre de 2019, dicho ratio era de 15,58 veces si tenemos en cuenta los beneficios positivos sin ajustar por elementos extraordinarios. Si tenemos en cuenta los beneficios recurrentes, el PER era de 13,13 veces.

Las compañías que en 2019 han publicado medidas alternativas de su beneficio para tener en cuenta elementos no recurrentes o extraordinarios son: Caixabank, Cellnex, CIE Automotive, Colonial, Endesa, Grifols, IAG, MásMóvil, Merlin, Naturgy, Repsol, Santander, Telefónica y VIscofán. Ferrovial ofrece una medida alternativa en sus cuentas anuales pero no en las trimestrales.

El cuadro siguiente indica los datos necesarios para el cálculo del ratio PER del IBEX 35. En tanto que el IBEX 35 es un índice ajustado por capital flotante (capital que no está en manos de accionistas de control), se ha tenido en cuenta la capitalización y los beneficios corregidos por los coeficientes de ajuste que utiliza la Sociedad de Bolsas. Cuanta mayor es la proporción del capital de una empresa en poder de accionistas significativos, menor es el coeficiente de ajuste, de modo que más se reduce la ponderación efectiva de dicha empresa en el índice.

Beneficio por acción estándar y recurrente de los valores del IBEX a septiembre de 2019

Con la publicación de los resultados del tercer trimestre de Inditex hoy 11 de diciembre, ya podemos hacer balance de los beneficios de las compañías del IBEX 35 en el período de doce meses comprendido entre el 30 de septiembre de 2018 y el 30 de septiembre de 2019. Inditex tiene el año fiscal acabado el 31 de enero, de modo que en el caso de la textil, el beneficio de doce meses se refiere al período del 31 de octubre de 2018 al 31 de octubre de 2019.

Las tablas siguientes recogen el resultado de los últimos cuatro trimestres, en miles de euros. También se indica el resultado recurrente (o un concepto similar) cuando la compañía publica este dato alternativo, así como el resultado acumulado en el período de doce meses. El número de acciones (en miles) corresponde a septiembre de 2019 y procede de la Sociedad de Bolsas.

El beneficio por acción es el resultado de dividir el resultado neto atribuido de doce meses por el número de acciones, sin restar la autocartera. La magnitud está referida al 30 de septiembre de 2019 (31 de octubre para Inditex).

En el caso de los bancos, Repsol y Telefónica se ha restado del resultado de doce meses la parte imputada a titulares de instrumentos de capital híbridos según el dato proporcionado por la compañía en las cuentas de 2018, ya que en realidad se trata de emisiones de deuda.

Los ratios PER están referidos a los precios de cierre del 11 de diciembre de 2019. Vemos que en algunos valores hay una diferencia significativa entre el ratio PER estándar y el recurrente. En Colonial, el PER estándar es de 9,13 mientras que el recurrente es de 42,43, debido a que la inmobiliaria contabiliza como beneficios las revalorizaciones de activos en su cuenta de resultados estándar. Algo parecido ocurre con la otra SOCIMI (sociedad de inversión de activos inmobiliarios) del IBEX, Merlin Properties, por el mismo motivo.

El PER estándar de Endesa es de 64,29 y el recurrente, de 17,71, debido a la depreciación de activos de 1.052 millones de euros llevada a cabo en el tercer trimestre de 2019 por la totalidad del valor neto contable de los activos de generación térmica peninsular de carbón.

MásMóvil tiene un beneficio por acción estándar negativo pero a partir de los datos ofrecidos por la compañía sobre su resultado neto ajustado, el beneficio por acción ajustado a septiembre de 2019 es de 0,86 €, lo que da un ratio PER de 22,47 veces.

El beneficio por acción subyacente de Telefónica es más del doble que su beneficio por acción estándar, una de las mayores diferencias entre ambas magnitudes de los últimos años. Ver Beneficio por acción estándar y subyacente de Telefónica de 2015 a 2019.

Para el Banco Santander, ver Beneficio por acción estándar y recurrente del Santander a septiembre de 2019.