Telefónica: lo que hay que saber sobre la evolución de sus resultados en 2022

Resultados en los nueve primeros meses de 2022

En los nueve primeros meses de 2022, Telefónica ganó 1.486 millones € (1.343 millones € subyacentes, es decir, sin partidas extraordinarias). Dado que el número de acciones proporcionado por la propia compañía es de 5.774 millones, el beneficio por acción debería ser de 0,258 € (0,232 € subyacentes). Pero los datos de Telefónica son de 0,23 € y 0,21 € respectivamente. La razón es que la compañía, a la hora de calcular el beneficio por acción, resta la parte del beneficio que en realidad corresponde a titulares de obligaciones subordinadas. Mediante un sencillo cálculo, podemos deducir que dicho importe es de unos 161 millones € hasta septiembre.

Cuenta de resultados de Telefónica el 30 de septiembre de 2022
Fuente: Telefónica.

Resultados interanuales y beneficio por acción

En el período de doce meses entre octubre de 2021 y septiembre de 2022, el beneficio neto de Telefónica fue de 288 millones € (1.803 millones € subyacentes). De aquí deberíamos restar 253 millones € de la parte del beneficio que la compañía atribuyó a los titulares de obligaciones perpetuas, de modo que el beneficio neto realmente atribuible a los accionistas sería de 35 millones € (1.550 millones € subyacentes). Por tanto, el beneficio por acción interanual de Telefónica fue de 0,006 € (0,268 € subyacentes, que es el dato que más nos interesa). Esta variable sigue en una senda descendente. En 2017 fue de 0,743 €, en 2020 de 0,532 € y en 2021 de 0,438 €.

Deuda financiera

La compañía informa de una deuda financiera neta de 28.918 millones €, sin incluir arrendamientos financieros (38.081 millones € incluyendo estos). Hay que tener en cuenta que Telefónica no solo resta de la deuda financiera bruta el efectivo y los equivalentes de efectivo sino también los activos financieros corrientes, cuya liquidez es relativa, aunque es práctica común.

Según la empresa, la deuda financier neta equivale a 2,7 veces el OIBDA. Aquí hay que indicar que en la jerga financiera, el OIBDA es el EBITDA recurrente, pero, tal como define Telefónica su OIBDA, esta magnitud corresponde en realidad al EBITDA, que es el beneficio operativo más el gasto en amortizaciones. En cambio, cuando Telefónica habla de OIBDA subyacente, se está, de hecho, refiriendo al OIBDA. Es decir, el OIBDA de Telefónica es el EBITDA, mientras que su OIBDA subyacente es el OIBDA.

Valor contable de Telefónica

Según Telefónica, el patrimonio neto atribuido a los accionistas «y a otros tenedores de instrumentos de patrimonio» fue de 25.724 millones €, un aumento del 15,8% respecto a diciembre de 2021. Dado un número de acciones de 5.755 millones, el valor contable sería de 4,47 €. Sin embargo, como indica la expresión antes entrecomillada, no todo el patrimonio es propiedad de los accionistas. Una parte corresponde a titulares de obligaciones perpetuas subordinadas, un instrumento híbrido entre deuda y capital debido a su baja exigibilidad. El importe de dichas obligaciones ascendía a 7.550 millones € en diciembre de 2021 (Nota 17 del Informe de Cuentas Consolidadas de 2021). Si restamos esta cantidad, el patrimonio neto realmente atribuible a los accionistas sería de 18.174 millones, lo que corresponde a un valor contable efectivo de 3,15 €.

Conclusión

El valor de la acción de Telefónica se acercó varias veces a los 5 € entre abril y junio de este año, doblando los 2,5 € que llegó a marcar en octubre de 2020. El 25 de octubre de 2022 hizo un mínimo anual de 3,25 €. Al precio actual de 3,64 €, cotiza un 19% por debajo de su valor contable teórico (4,47 €) pero un 15% por encima de su valor contable efectivo (3,15 €). Se trata de una relación precio / valor contable muy baja (1,15 veces), que se justificaría por la trayectoria descendente de los beneficios.

A un precio de 3,64 €, el ratio PER de Telefónica es de 13,5, teniendo en cuenta el beneficio por acción subyacente antes calculado. el dato no resulta significativo en tanto que los beneficios están en una fase descendente.

A pesar de una evolución de resultados decepcionante, el balance de la compañía muestra una sensible mejoría respecto a hace algunos años. En 2015, la deuda financiera bruta (calculada a partir de los balances presentados a la CNMV) era de 60.069 millones €, mientras que en junio de 2022 era de 38.806 millones €. La deuda financiera neta aún se ha reducido más, de 57.471 millones € a 32.422 millones €. Por otro lado, el patrimonio neto atribuido ha pasado de 17.890 millones € en 2015 a 24.908 millones € en junio de 2022.

El dividendo de Telefónica a cargo de 2022 será de 0,30 €, de los cuales 0,15 € en diciembre de 2022 y otros 0,15 € en junio de 2023. Si el beneficio por acción del ejercicio es inferior a este importe, parte de la remuneración deberá hacerse con cargo a reservas, lo cual tendrá un impacto en el patrimonio neto. Suponiendo que el beneficio por acción estándar es cero, dicho impacto sería de 1.732 millones €, lo cual reduciría el valor contable en 0,30 €, el mismo importe que el dividendo.

Ver Informe completo de resultados de Telefónica (página de Telefónica)

Banco Santander: por qué cae la acción si el beneficio se dispara

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La nueva versión de «Todo sobre los dividendos» analiza estrategias basadas en dividendos a lo largo de 16 años y medio (enero de 2006 a junio de 2022)

Doce compañías del IBEX 35 han recuperado los beneficios pre-pandemia

Doce compañías del IBEX 35 ya han superado o recuperado los beneficios que obtuvieron en 2019, si bien dos de ellas, Pharma Mar y Fluidra, no formaban parte del selectivo en diciembre de 2019. La primera entró el 21 de septiembre de 2020 y la segunda el 29 de marzo de este año.

Para comparar la evolución de los beneficios actuales con los niveles anteriores al confinamiento provocado por la pandemia de la Covid-19, he utilizado los resultados de doce meses de julio de 2020 a junio de 2021 y los resultados de 2019. En los casos en los que la empresa informa de una medida alternativa del beneficio que refleja mejor la evolución de sus resultados que la definición estándar, se ha seguido dicho criterio alternativo.

Las diez empresas que sí formaban parte del IBEX 35 en diciembre de 2019 y que en los últimos doce meses han superado o recuperado los beneficios previos al confinamiento son Acerinox, ArcelorMittal, Acciona, Viscofán, Cellnex, Endesa, Iberdrola, Mapfre, CIE Automotive y Enagás.

La tabla siguiente ordena los valores del IBEX 35 según la variación de su beneficio por acción entre los períodos considerados. Solaria todavía no ha publicado sus resultados semestrales.

Las doce que en los últimos doce meses han superado o recuperado los beneficios previos al confinamiento son Pharma Mar, Fluidra, Acerinox, ArcelorMittal, Acciona, Viscofán, Cellnex, Endesa, Iberdrola, Mapfre, CIE Automotive y Enagás.

En el otro extremo, encontramos las empresas más dependientes del turismo, como cabía esperar: Aena, Amadeus, IAG, Meliá Hotels y Ferrovial (que gestiona varios aeropuertos, entre ellos el londinense de Heathrow).

Inditex ganó un 29,3% menos, una cifra menos negativa de lo que parece ya que ha sido una de las compañías más perjudicadas por las restricciones a la movilidad. De hecho, en el segundo trimestre de 2021 las ventas y el beneficio neto alcanzaron máximos históricos.

Ningún banco ha logrado superar los niveles de 2019, si bien el que está más cerca de conseguirlo es el BBVA, mientras que el más afectado ha sido el Sabadell.

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Claves de los resultados de Telefónica en el primer semestre de 2020

Marcas de Telefónica

A algunos inversores les ha sorprendido que Telefónica haya sido una de las cotizadas más impactadas por la crisis sanitaria, teniendo en cuenta que opera principalmente en el mundo digital. Sin embargo, las restricciones a la movilidad afectaron a los ingresos por roaming y a la actividad comercial, como venta de terminales. Por otro lado, según Telefónica la pandemia contribuyó a una significativa depreciación de las divisas latinoamericanas, especialmente la de Brasil, donde el grupo tiene una de sus principales fuentes de ingresos. En el segundo trimestre de 2020, Telefónica cifró el impacto de la crisis sanitaria en 729 millones €.

La compañía obtuvo un beneficio neto de 831 millones € en el primer semestre de 2020, un 53,5% menos que en el mismo período de 2019. En términos interanuales (junio de 2019 a junio de 2020) ha entrado en pérdidas debido a los números rojos declarados en el segundo semestre de 2019. El beneficio por acción interanual a junio de 2020 es de -0,018 €.

El beneficio neto subyacente, que excluye el impacto de la Covid-19, fue de 1.318 millones €, una reducción del 26% respecto al primer semestre de 2019. Telefónica nos indica que el número medio ponderado de acciones fue de 5.148 millones en junio y que el beneficio por acción subyacente del semestre fue de 0,23 €. Si dividimos 1.318 millones € por ese número de acciones obtenemos una cifra de 0,256 €. Pero del beneficio neto hay que restar 142 millones que en realidad corresponden a titulares de deuda híbrida, o sea que el beneficio atribuible a los accionistas de Telefónica en el semestre fue de 1.176 millones €. Al dividir esta cantidad por 5.148 millones de acciones, obtenemos efectivamente un beneficio por acción de 0,228 €.

El beneficio neto subyacente interanual, que excluye los cargos extraordinarios del segundo semestre de 2019 y el impacto de la Covid-19 en el primer semestre de este año, fue de 2.828 millones € en términos interanuales a junio de 2020. De hecho, el beneficio neto declarado por Telefónica fue de 3.110 millones €, cantidad de la que hay que deducir 282 millones € atribuidos a los titulares de deuda híbrida de junio de 2019 a junio de 2020. Teniendo en cuenta un número de acciones de 5.328 millones (se ha incrementado respecto a marzo debido a la ampliación liberada de junio para pagar parte del dividendo), el beneficio por acción subyacente interanual es de 0,531 €.

Según Telefónica, la deuda financiera neta a junio de 2020 fue de 37.201 millones €, con una reducción de 1.022 millones € respecto a marzo. En el cálculo, resta de la deuda los activos financieros corrientes y una parte sustancial de los activos financieros no corrientes. El cálculo ortodoxo de la deuda financiera neta, que no deduce ambas partidas, da una cifra de 43.601 millones €. Según la compañía, la cifra es de 43.637 millones € si se incluyen arrendamientos, lo que coincide básicamente con el cálculo anterior.

El EBITDA (beneficio operativo más amortizaciones) fue de 13.435 millones €, sin plusvalías por venta de inmovilizado, de junio de 2019 a junio de 2020. Por tanto, la deuda financiera neta (según el cálculo ortodoxo) es de 3,24 veces el EBITDA. Supone un aumento del endeudamiento relativo respecto al cierre de 2019 (ratio de 2,92), si bien hay que tener en cuenta los impactos extraordinarios del período. Este ratio queda lejos del máximo de 5,15 veces alcanzado en 2015.

Dividendos

Telefónica mantiene su previsión de retribuir a sus accionistas con un dividendo de 0,40 € a cargo de los resultados de 2020. Probablemente el beneficio por acción del ejercicio se sitúe por debajo de ese importe pero también es posible que el beneficio por acción subyacente esté por encima de ese valor (ahora es de 0,531 €). En diciembre de 2020 se pagará el primer tramo (0,20 €), bajo la modalidad “Telefónica Dividendo Flexible“, y en junio de 2021 se abonará otro tramo de 0,20 €.

En el dividendo de junio de 2020 (que fue el complementario de 2019), cuyo importe fue de 0,193 €, el 37% de los accionistas solicitó el pago en efectivo y el 63% restante prefirió suscribir acciones nuevas.

Los resultados de Telefónica en el primer trimestre de 2020

Resultados del primer trimestre de 2020

Telefónica ha reconocido que la crisis del Covid-19 ha tenido un impacto significativo en sus balances debido a la menor actividad por roaming, prepago y tráfico de empresas, que no se ha visto compensada por el mayor uso de datos a nivel doméstico.

La caída de ingresos respecto al primer trimestre de 2019 fue moderada, de un 5,1%. En términos orgánicos (sin ventas de activos y a tipos de cambio constantes) la reducción fue menor aún, de un 1,3%. SIn embargo, el beneficio neto se redujo un 56%, hasta los 406 millones €. El beneficio recurrente (subyacente en la terminología de la empresa) fue de 619 millones €, un 30,1% inferior. El beneficio subyacente excluye las pluvalías por ventas de activos y los gastos de reestructuración, entre otras partidas atípicas.

En el período de doce meses del 31 de marzo de 2019 al 31 de marzo de 2020, el beneficio neto fue de 621,8 millones € pero en términos subyacentes fue de 3.448 millones €. A estos importes hay que deducir 282 millones € que se imputan a los titulares de “otros instrumentos de patrimonio“, o sea a titulares de deuda subordinada que computa como patrimonio neto debido a la baja exigibilidad de la misma. Por tanto, el beneficio neto atribuido a los accionistas de Telefónica fue de 339,8 millones € (3.166 millones € en términos subyacentes).

Dado que el capital social está compuesto por 5.192,1 millones de títulos, el beneficio por acción interanual es de 0,065 € y el beneficio por acción interanual subyacente, de 0,610 €. Al precio actual de 4,3 €, la acción cotiza con un ratio PER (precio dividido por el beneficio por acción) recurrente de 7 veces.

La tabla siguiente indica la evolución del beneficio por acción interanual de Telefónica desde marzo de 2017 y del beneficio por acción subyacente desde diciembre de 2018.

La compañía afirma que su deuda financiera neta se ha reducido un 5,3% en términos interanuales y al cierre de marzo ascendía a 38.223 millones €. Sin embargo, este dato no incluye arrendamientos financieros. Al incluir estos, la deuda financiera neta asciende a 44.754 millones €, una ligera reducción respecto a los 45.123 millones € del cierre de 2019.

Los intereses disminuyeron un 1%, hasta los 666 millones €. No obstante, los gastos financieros netos (gastos financieros menos ingresos financieros) se han incrementado ligeramente hasta los 428 millones € (411millones € en el primer trimestre de 2019). Según la compañía, el coste de la deuda en los últimos doce meses fue del 3,37%.

Invertia informa de que Telefónica destinará a reducir su deuda la totalidad de los 6.500 millones € que prevé recibir tras la fusión de O2 y Virgin en el Reino Unido

Dividendo de 2020 y 2021

Telefónica ha reiterado que pagará el complementario de 2019 el próximo mes de junio por 0,20 € a través de la modalidad de dividendo flexible voluntario (es decir, con la posibilidad de recibir la remuneración en acciones). El dividendo total a cargo de 2019 habrá sido de 0,40 €, pues en diciembre de 2019 pagó 0,20 € a cuenta.

En tanto que el beneficio por acción del ejercicio 2019 fue de 0,166 € y el dividendo de ese año será de 0,40 €, algo más de la mitad del dividendo se pagará a cargo de reservas.

La compañía confía en la flexibilidad y resistencia de su modelo de negocio en el contexto actual de crisis y en la solidez que le otorga una elevada posición de liquidez. De aquí que también haya confirmado que el dividendo para el ejercicio 2020 será de otros 0,40 €. De este importe, propondrá a la Junta General que el primer tramo, a pagar en diciembre de 2020, sea bajo la modalidad de dividendo flexible voluntario. El segundo tramo, o dividendo complementario, a abonar en junio de 2021, sería en efectivo.

Fuente: Telefónica, Resultados enero-marzo 2020

Leer el Informe de resultados publicado por Telefónica

 

El verdadero valor contable de Telefónica

Al final de 2019, el patrimonio neto de Telefónica era de 25.450 millones de euros, de los cuales 8.332 millones correspondían a intereses minoritarios. Así, el patrimonio neto atribuido a los accionistas era, desde un punto de vista contable, de 17.118 millones de euros. Si dividimos esta cantidad por los 5.192 millones de acciones del capital social, obtenemos un valor contable de 3,30 €. En realidad, habría que sumar las acciones con efectos dilutivos derivadas de planes de derechos. Son acciones que todavía no se han creado pero cuya creación está prevista en un futuro próximo. En 2019 el total de este tipo de acciones fue de 4,7 millones, con lo que el valor contable resultante sería de 3,29 €.

Sin embargo, dentro del patrimonio neto se computan 8.243 millones de euros en obligaciones perpetuas subordinadas. Se trata de títulos de deuda de tan baja exigibilidad que las normas contables permiten contabilizarlos como patrimonio. Como dice la Memoria Consolidada de Telefónica: “En todas estas emisiones de obligaciones perpetuas subordinadas (instrumentos híbridos) el emisor tiene la posibilidad de diferir en el tiempo el pago de los cupones, por lo que no son exigibles por los titulares. Dado que el repago del principal y el pago de los cupones depende exclusivamente de la decisión que tome Telefónica, estas obligaciones perpetuas subordinadas constituyen un instrumento de patrimonio.“

Estrictamente, la deuda no puede ser patrimonio, solo los recursos propios (el capital, las primas de emisión, las ganancias acumuladas) lo son. Si restamos del patrimonio dichas obligaciones subordinadas, el verdadero patrimonio neto de los accionistas de Telefónica asciende a 8.875 millones de euros, lo que da un valor contable real de 1,71 €. Esta cifra se ha mantenido sin apenas cambios desde 2015.

A los precios actuales de 5,40 €, la acción de Telefónica cotiza, pues, a 3,1 veces su valor contable real.

El coste financiero de las obligaciones subordinadas fue de 379 millones brutos en 2019, lo que supone un interés medio del 4,6%. En términos netos, el coste fue de 282 millones de euros debido a las deducciones fiscales.

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Los resultados de Telefónica en 2019 y los dividendos hasta 2021

Telefónica informó de un beneficio neto atribuido de 1.141,8 millones de euros en 2019. De esta cantidad, hay que descontar 282 millones de euros atribuibles a titulares de obligaciones perpetuas subordinadas, de modo que el beneficio neto atribuido a los accionistas fue de 859,8 millones de euros. Supone una caída del 70% respecto a 2018.

El beneficio por acción efectivo fue de 0,166 €, que coincide con el informado por Telefónica, que es de 0,17 €. En el cálculo del beneficio por acción, la compañía sí descuenta la parte del beneficio imputada a otros instrumentos de patrimonio (deuda considerada como recursos propios debido a su baja exigibildad, como los bonos subordinados).

La fuerte reducción del beneficio se debe principalmente a unas provisiones no recurrentes por valor de 2.170 millones de euros, mientras que en 2018 se cargaron 461 millones de euros por este concepto. Dichas provisiones incluyen gastos de reestructuración de 1.732 millones de euros en Telefónica España, principalmente relacionados con reducción de personal de acuerdo con el plan voluntario de suspensión de empleo, y un deterioro del fondo de comercio en Argentina por 206 millones de euros. La compañía indica que el beneficio neto subyacente, que excluye el impacto de partidas no recurrentes, fue de 3.574 millones de euros, y que el beneficio por acción subyacente fue de 0,65 €. Sin embargo, en este caso Telefónica no excluye la remuneración de la deuda híbrida. Si lo hacemos, el beneficio por acción subyacente sería de 0,63 €. Esta magnitud estaría más en línea con los resultados de los últimos años.

Como aspecto positivo, cabe destacar la progresiva disminución de la deuda financiera neta, que ha pasado de 56.624 millones de euros en 2016 a 43.439 millones de euros en 2019. Telefónica indica que su deuda financiera neta fue de 37.744 millones de euros debido a una metodología de cálculo propia, como es habitual en las compañías cotizadas. La empresa deduce de la deuda, por ejemplo, un valor positivo neto por la cartera de derivados por importe de 1.948 millones de euros, así como activos financieros no corrientes disponibles para la venta. El vencimiento medio de la deuda financiera del grupo es de 10,5 años.

El flujo de caja libre, principal referencia para el pago de dividendos, muestra una evolución más estable que el beneficio. Desde 2016 se ha mantenido por encima de los 4.000 millones de euros. En 2019 el flujo de caja libre por acción fue de 0,89 €, que contrasta con un beneficio por acción de 0,17 €. La compañía ha anunciado un dividendo de 0,4 €, tanto a cargo de 2019 como de 2020. De este modo, pagará 0,20 € como complementario de 2019 en junio de 2020, 0,20 € a cuenta de 2020 en diciembre de 2020 y 0,20 € de complementario de 2020 en junio de 2021. 

Al precio actual (5,4 €), la acción sufre una minusvalía del 13% en 2019. A ese precio, el rendimiento bruto es del 7,4%.

La acción de Telefónica ha cerrado en negativo cada uno de los últimos cinco ejercicios. Cien euros invertidos en acciones de la compañía en diciembre de 2006 se habrían transformado en 74,8 € con reinversión de los dividendos netos, un 33% menos que si se hubieran invertido en un fondo indexado al IBEX 35.

Beneficio por acción estándar y subyacente de Telefónica de 2015 a septiembre de 2019

Además de la magnitud habitual del beneficio neto atribuido, Telefónica calcula también una medida alternativa, el beneficio neto subyacente, dato que excluye partidas no recurrentes tales como plusvalías, gastos de reestructuración o ajustes por hiperinflación en países de Latinoamérica.

En el cuarto trimestre de 2018, el beneficio neto atribuido estándar fue de 610 millones de euros y el subyacente, de 1.261 millones de euros, como puede leerse en el siguiente extracto del informe trimestral de resultados:

En el primer trimestre de 2019, el beneficio estándar fue de 926 millones de euros y el subyacente, de 971 millones.

En el segundo trimestre de 2019, el beneficio estándar volvió a situarse sensiblemente por debajo del subyacente: 862 millones de euros vs. 1.042 millones de euros.

En el tercer trimestre de 2019 la compañía declaró pérdidas debido a unos gastos de reestructuración de 1.402 millones de euros pero el resultado subyacente fue de 806 millones de euros.

Si hacemos la suma de los beneficios subyacentes de los tres primeros trimestres de 2019 obtenemos un acumulado de 2.819 millones de euros. Sin embargo, como puede leerse a continuación, Telefónica nos informa de que el subyacente de enero a septiembre fue de 2.588 millones, lo que implica que ha revisado a la baja el resultado del primer semestre en 231 millones.

Al sumar los 1.261 millones de subyacente del cuarto trimestre de 2018 y los 2.588 millones de los nueve primeros meses de 2019, obtenemos un resultado acumulado a septiembre de 2019 de 3.849 millones de euros, casi el doble que los 1.954 millones del beneficio neto atribuido informado.

Sin embargo, en el caso de Telefónica, al igual que ocurre con el Banco Santander y otros bancos, debemos restar la parte imputada a titulares de deuda híbrida. Este dato fue de 62 millones de euros en el cuarto trimestre de 2018. Tal como indica la nota siguiente, fue de 216 millones de euros de enero a septiembre de 2019.

Por tanto, consideramos que debe restarse un total de 278 millones al beneficio neto para obtener el beneficio realmente atribuible a los accionistas. Dividiendo por el número de acciones a septiembre de 2019, que fue de 5.192,1 millones, obtenemos que el beneficio por acción de doce meses es de 0,323 € y en términos subyacentes, de 0,688 € al cierre del mes de septiembre de 2019.

El beneficio por acción estándar ha estado sistemáticamente por debajo del subyacente, como puede verse en la tabla siguiente. Esto indica que la compañía está inmersa desde hace años en un continuo proceso de reestructuración.

También se observa que el beneficio por acción subyacente ha disminuido un 38% desde 2015.
Beneficio por acción estándar y recurrente del Banco Santander a septiembre de 2019

 

Valor contable informado y efectivo de Telefónica, 2015-2018

El valor contable es el patrimonio neto atribuido a la sociedad dividido por el número de acciones del capital social. Se entiende que el “patrimonio neto atribuido a la sociedad“ es también el patrimonio neto atribuido a los accionistas de dicha sociedad. De hecho, los propietarios de una compañía son sus accionistas.

Sin embargo, existen ciertos tipos de deuda que pueden computar como instrumentos de patrimonio debido a su baja exigibilidad, como los bonos subordinados. Como dice Telefónica en su informe consolidado:

Dado que el repago del principal y el pago de los cupones depende exclusivamente de la decisión que tome Telefónica, estas obligaciones perpetuas subordinadas constituyen un instrumento de patrimonio.

Las obligaciones necesariamente convertibles en acciones también computan como patrimonio porque hoy son deuda pero cuando se conviertan en acciones, dejarán de serlo.

En el cuadro siguiente vemos que el patrimonio neto de la empresa fue de 26.980 millones de euros en 2018, cantidad de la que hay que deducir 9.033 millones de euros que corresponden a intereses minoritarios, es decir, a accionistas que tienen participaciones minoritarias en sociedades dependientes de Telefónica. Esto nos da un patrimonio neto atribuido de 17.947 millones de euros. Pero esta cantidad incluye 7.496 millones de otros instrumentos de patrimonio, que en realidad son instrumentos de deuda de baja exigibilidad. Así, el patrimonio neto en sentido estricto fue de 10.451 millones de euros.

Como el número de acciones del capital social es de 5.192 millones, el valor contable efectivo era de 2,01 € al final de 2018, cerca de un 12% superior al de 2015.

Las cuentas de Telefónica en 2018

 

Las cuentas de Telefónica en 2018

Telefónica obtuvo en 2018 un beneficio neto de 3.330,9 millones de euros, un 6,36% más que en 2017. Sin embargo, el beneficio por acción aumentó solo un 1,8% a pesar de que el número de acciones no cambió. La explicación de tal diferencia la encontramos en la siguiente nota en la cuenta de resultados: “El resultado neto básico por acción se obtiene dividiendo la cifra del resultado del periodo atribuido a los accionistas de la sociedad dominante, ajustado por la imputación al ejercicio del cupón neto correspondiente a los “Otros instrumentos de patrimonio” (402 M€ en enero-diciembre 2018), entre la media ponderada de acciones ordinarias en circulación durante el periodo.“

Es decir, de los 3.330,9 millones de beneficio neto atribuido a la sociedad hay que restar 402 millones de euros imputados a los titulares de deuda subordinada y obligaciones necesariamente convertibles en acciones para obtener el verdadero beneficio neto atribuido a los accionistas: 2.928,9 millones de euros. Si dividimos esta cifra por los 5.192,1 millones de acciones del capital social de la empresa, obtenemos un beneficio por acción de 0,564 €. Sin embargo, Telefónica toma como referencia el número medio ponderado de acciones, que excluye la autocartera, y que en 2018 fue de 5.127 millones, de lo que resulta un beneficio por acción de 0,571 €.

En 2017, la parte del benefcio neto imputada a titulares de deuda subordinada fue de 276 millones de euros y en 2016 fue de 257 millones, de modo que esta partida se incrementó un 45% en 2018. En 2017, el verdadero beneficio neto atribuido a los accionistas fue de 2.855,8 millones de euros.

La compañía continuó mejorando en solvencia y rentabilidad corporativa. La deuda financiera neta se ha reducido un 18% en los últimos dos años. Aún así, todavía representa 7,1 veces el beneficio operativo, una proporción todavía elevada. A pesar de ello, la proporción de los gastos financieros netos sobre el beneficio operativo ya fue de solo el 19%, una mejora muy sustancial respecto al 32% de 2017 y el 46% de 2016.

La ROE (rentabilidad sobre recursos propios) fue del 18,56%, pero este ratio resulta poco significativo debido al elevado endeudamiento de la compañía.

El coste de la deuda financiera cayó al 4,44% (según mi método de cálculo), lo que permitió que por primera vez en muchos años la diferencia entre la rentabilidad del capital empleado (8,24%) y dicha magnitud haya superado al fin el 3%, situándose concretamente en el 3,80%. Según Telefónica, el coste efectivo medio de la deuda financiera fue del 3,41% en 2018, lo que haría todavía mayor esa diferencia.

Nota: las partidas de ingresos y gastos financieros de 2017 han sido revisadas por la empresa en las cuentas de 2018. Los ingresos financieros se han reducido de 1.073,2 millones a 671,3 millones y los gastos financieros, de 3.249,6 millones a 2.785,5 millones. Sin embargo, la cifra de los gastos financieros netos (la diferencia entre gastos e ingresos financieros) es similar. En la tabla se indican los datos tal como se presentaron en 2017.


Telefónica pagó un dividendo a cuenta de los resultados de 2018 de 0,20 € en diciembre de 2018 y pagará otros 0,20 € en junio de 2019 como complementario. El porcentaje de distribución del beneficio (considerando el beneficio por acción de 0,57 €, que es lo relevante) es, por tanto, del 70%.

La tabla siguiente indica la evolución del precio de las accionies a final de año desde 2015 y el beneficio por acción. Vemos que el precio se ha reducido de los 16,12 € de diciembre de 2006 a los 7,34 € de diciembre de 2018 pero que el ratio PER fue el mismo en ambas fechas ya que el beneficio por acción se redujo en la misma proporción que el precio.

Las acciones de Telefónica cayeron en 2018 por cuarto año consecutivo. Cien euros invertidos en este valor en diciembre de 2006 se habrían reducido a 83,8 € en 2018 incluyendo la reinversión de dividendos netos, mientras que si se hubieran invertido en el IBEX 35 se habrían quedado en 96,4 €.

Si eres accionista de BBVA, Santander, Repsol o Telefónica, tienes que saber esto (marzo 2018)

 

 

El precio justo de Telefónica según Morningstar

Ayer publiqué una entrada con el valor intrínseco y el margen de seguridad de los valores del mercado continuo que no forman parte del IBEX 35, según Morningstar. Para conocer el valor o precio justo (fair value) de las compañías del IBEX 35 es preciso ser suscriptor de esta firma de análisis. Sin embargo, algunas de estas empresas, como otras muchas compañías extranjeras, cotizan en dólares en el mercado over-the-counter (entre particulares) de Estados Unidos, el OTC Markets Group, que se encuentra en Nueva York. En este mercado suelen cotizar empresas muy pequeñas o de fuera de Estados Unidos. En un mercado over-the-counter, la negociación se lleva a cabo entre dos particulares sin la intervención de un organismo que regule los precios, de modo que estos pueden no ser públicos. Las compañías presentes en el OTC no necesitan someterse a los requisitos habituales que se exige a las empresas cotizadas en las bolsas tradicionales, como dar información financiera a la Securities Exchange Commission (SEC), el equivalente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) española.

Telefónica cotiza en dólares en la bolsa de Nueva York a través de American Depositary Receipts (NYSE:TEF), certificados negociables con los que se negocian los valores extranjeros en Estados Unidos. El precio al cierre del 4 de enero de 2019 fue de 8,77 dólares, lo que equivale a aproximadamente a los 7,63 euros a los que cerró en España el mismo día.

La teleco española también cotiza en el mercado OTC con el ticker TEFOF (OTCMKTS:TEFOF). Como puede verse en la captura siguiente, obtenida de www.otcmarkets.com, en los últimos 30 días solo ha negociado una media de 616 títulos, unos 5.000 dólares diarios, mientras que en España negoció unos 170 millones diarios en el mes de noviembre de 2018.

El precio era de 8,28 dólares al cierre del 4 de enero de 2019. En realidad, el precio de la acción en el mercado OTC y en la bolsa de Nueva York tienden a coincidir, lo que ocurre es que en las últimas sesiones no se ha negociado ningún título en el primero de estos mercados, de ahí la diferencia en los precios.

Morningstar no ofrece al público el fair value de la acción de Telefónica cotizada en el IBEX ni en la bolsa de Nueva York, pero sí el de la acción de Telefónica cotizada en el mercado OTC. Como se ve en la captura de pantalla siguiente, la firma de análisis calcula un valor intrínseco de 11,72 dólares, lo que equivale a unos 10,3 euros. Al precio actual de 7,70 euros, el margen de seguridad sería por tanto del 33%.

Morningstar calcula el fair value con un modelo propio a partir de una “detallada proyección de los flujos de caja futuros de una compañía“. Las estimaciones se basan en una serie de supuestos sobre los resultados, el balance de situación y la inversión de capital, así como en análisis de escenarios, análisis de ventajas competitivas y otras herramientas para estimar los flujos de caja. Estos se descuentan utilizando el coste ponderado de los recursos propios y de la deuda financiera.

Morningstar considera, pues, que la acción está infravalorada, si bien le otorga una “incertidumbre cuantitativa“ elevada (ver captura siguiente). Este concepto mide el grado de certidumbre que Morningstar tiene acerca de la fiabilidad del valor intrínseco calculado. A mayor incertidumbre, mayor tiene que ser el margen de seguridad para que la acción merezca asumir el riesgo. En este apartado la firma de análisis da la calificación “elevada“ a la mayoría de acciones.

Dada una incertidumbre elevada y un margen de seguridad del 33%, posiblemente el rating otorgado sea de cinco estrellas, como puede deducirse de los datos para los valores del mercado continuo.

Esto no significa que Telefónica vaya necesariamente a alcanzar ese valor justo en un futuro próximo. Morningstar afirma que si sus estimaciones son correctas, el precio de mercado debería alcanzar el valor justo estimado en un plazo que generalmente es de tres años.

 

Los ciclos alcistas y bajistas de Telefónica de 2000 a 2018

La tabla siguiente recoge los ciclos alcistas (definidos como alzas de por lo menos el 20%) y ciclos bajistas (definidos como caídas de al menos el 15%) de las acciones de Telefónica desde que alcanzaran su máximo histórico de 32,6 € el 6 de marzo de 2000. Los precios no han sido ajustados por ampliaciones de capital ni por dividendos.

La penúltima columna indica la duración en meses, calculada en número de días del ciclo dividido por 30.

De los 225,5 meses del período, Telefónica fue alcista el 40,4% del tiempo y bajista el 59,6% del tiempo (según los criterios antes indicados).

La duración media de los 21 ciclos bajistas fue de 6,4 meses y la de los 20 ciclos alcistas, de 4,6 meses.

Puede observarse que la última fase bajista, que ha tenido lugar entre el 17 de marzo de 2017 y el 14 de septiembre de 2008 (suponiendo que efectivamente ya ha concluido), ha sido la más extensa de los últimos 18 años: ha durado más de 18 meses, casi 12 meses más que la media. El siguiente ciclo bajista más largo tuvo una duración de 15,4 meses y tuvo lugar entre febrero de 2015 y mayo de 2016, aunque en aquella ocasión la minusvalía fue del 18,13%, menos de la mitad que en el último ciclo.

La plusvalía media en los ciclos alcistas ha sido del 36,10% y la minusvalía media en los ciclos bajistas, del 29,26%.

Puede sorprender que a pesar de que la plusvalía media haya sido superior a la minusvalía media, la acción de Telefónica acumule una minusvalía tan importante. En realidad, una plusvalía del 36% no permite compensar totalmente una minusvalía del 29%: si tenía 100 y pierdo el 29,26%, me quedo con 70,74 y si luego gano un 36,10% tendré 96,27. Este pequeño desfase es lo que ha hecho que la minusvalía acumulada haya sido tan elevada.

Los dos problemas de Telefónica

Telefónica continúa hundida en bolsa y pierde ya un 16,6% en 2018. Los expertos siguen revisando el precio objetivo a la baja y ahora lo sitúan en 9,06 € de media. Lejos quedan las valoraciones de 14 o 16 € que le daban influyentes bancos como JP Morgan, Goldman Sachs o Morgan Stanley en 2015 y principios de 2016.

Es curioso que esa desafección de los analistas haya coincidido con una significativa mejoría de la situación financiera de la compañía. Como puede comprobarse en el cuadro siguiente, en el ejercicio 2017 la rentabilidad sobre el activo y sobre el capital empleado se incrementó de forma notable respecto al de 2015 y los ratios de solvencia pasaron de niveles preocupantes a otros más aceptables.

En los últimos doce meses (de junio de 2017 a junio 2018), la situación ha seguido mejorando. El beneficio neto interanual atribuido a los accionistas ha aumentado un 21%, los gastos financieros netos han disminuido un 30% y la deuda financiera neta lo ha hecho en un 10%.

Tras los resultados del primer semestre de 2018 nos llevamos una sorpresa positiva: por primera vez en muchos años, el diferencial entre la rentabilidad sobre el capital empleado (ROCE) y el coste de la deuda financiera se situó por encima del 4%. Esto significa que al fin Telefónica genera una rentabilidad suficiente de sus recursos respecto al coste que le supone mantenerlos.

Sin embargo, la compañía sigue teniendo dos problemas. El primero es su deuda financiera excesiva, que todavía representa 7,25 veces el beneficio operativo. Debería conseguir situar ese ratio de solvencia en torno a 4 veces. Esto implicaría reducir la deuda de los 51.000 millones actuales hacia los 29.000 millones, casi la mitad, dado el nivel actual del beneficio operativo. Si este aumentara un 20% en el transcurso de un año y la deuda financiera neta se redujera a 34.000 millones de euros, también se podría alcanzar esa meta. Pero parece que el camino va a ser largo. Telefónica está valorando vender activos en Centroamérica con el fin de rebajar deuda y la operación podría reportarle en una primera fase unos 2.000 millones, pero es una cantidad poco significativa ante una deuda de 51.108 millones de euros.

El segundo gran problema es la caída continua del patrimonio neto atribuido a los accionistas, una magnitud clave acerca de la evolución financiera de una sociedad. En diciembre de 2013 era de 21.185 millones de euros y en junio de 2018 ya es solo de 14.820 millones de euros. Se trata de una incongruencia en un contexto en el que todas las demás magnitudes están mejorando, ya que indica que a fin de cuentas la sociedad sigue destruyendo valor para el accionista en vez de crearlo, tal como cabría esperar en función del resto de variables.

Notas posteriores:

Una parte relevante de la disminución del patrimonio neto se debe a diferencias de conversión por pérdida de valor de las divisas latinoamericanas, que se imputan al patrimonio neto y que posteriormente podrían ser trasladadas a resultados. En el primer semestre de 2018, el importe negativo de las pérdidas por valoración alcanzó los 3.052 millones de euros, de los que presumiblemente unos 2.174 millones afectarían al patrimonio neto atribuido, ya que el resto se imputa a intereses minoritarios.

Hay que tener en cuenta que el patrimonio neto de 2017 (26.617 millones de euros) incluye 7.518 millones de euros de obligaciones perpetuas subordinadas, que se consideran “otros instrumentos de patrimonio“. Dado que todos los intereses de estos títulos se minoran del beneficio neto atribuido, se entiende que dicho saldo minora igualmente el patrimonio neto atribuido. Por tanto, el patrimonio neto realmente atribuido a los accionistas sería de 7.302 millones de euros a junio de 2018.