Evergrande es la segunda mayor inmobiliaria de China. Su nombre internacional, compuesto por una palabra en inglés, Ever (Siempre), y otra en español, expresa la ambición que la ha presidido desde su fundación en 1996.
En los últimos años el crecimiento de la compañía se ha visto acelerado por la burbuja inmobiliaria china, sustentada en la idea de que el precio de la vivienda siempre sube. Los pasos tambaleantes del gigante traen a la memoria la quiebra de Lehman Brothers y el colapso bancario generalizado durante la crisis de 2008, causada por el estallido de la burbuja inmobiliaria estadounidense, así como la crisis bancaria española de 2010-2012 provocada por los impagos de hipotecas.
Según informa el diario Cinco Días, ya en 2015 Evergrande era conocida como la inmobiliaria más endeudada del mundo, con deudas de 57.000 millones de dólares. Hoy debe 305.000 millones de dólares. Una parte de la misma está en manos de bancos de inversión de Estados Unidos, como Goldman Sachs y grandes gestoras de fondos de inversión como Amundi (la mayor de Europa), Fidelity, BlackRock PIMCO. Se teme, por tanto, un efecto en cascada de una posible quiebra de la compañía.
Un artículo de mayo de 2020 publicado en FSMOne presentaba la siguiente tabla con algunos indicadores clave sobre la salud financiera de Evergrande en 2019.

Vemos que el apalancamiento neto (deuda neta en relación a los recursos propios) era del 181% en diciembre de 2019. Como indica la página especializada en bolsa Stockopedia, se considera prudente una proporción del 15% mientras que a partir de un 50% se requiere investigar la situación de la empresa.
En la tabla vemos que el coste medio de la deuda financiea era de casi el 9%, muy alto para una empresa consolidada. La deuda financiera neta equivalía a 7,24 veces el beneficio operativo. Es decir, tanto en relación a los recursos propios como en relación a los beneficios, hace tiempo que la deuda financiera de la compañía era muy alta y a un coste muy elevado.
Las acciones de Evegrande han caído un 85% en los últimos doce meses en el mercado de Hong Kong. Las autoridades de Pekín están actualmente valorando posibles soluciones, como un rescate o una reestructuración de la deuda, pero no se descarta que pueden dejar caer la empresa. Hasta que no haya una decisión clara al respecto, las bolsas continuarán bajo el influjo del miedo. El Fear and Greed Index (Indice Miedo y Avaricia) que elabora la CNN daba una lectura de 21 (miedo extremo) el día 20 de septiembre.
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