Relación entre aumento de beneficios y rentabilidad en bolsa

El sentido común nos dice que las acciones de las empresas suben cuando estas aumentan sus beneficios y bajan en caso contrario. No siempre es así ya que las expectativas juegan un papel primordial en bolsa. Es posible, por ejemplo, que unas acciones suban a pesar de que los beneficios disminuyan o incluso haya pérdidas si el mercado espera un cambio de tendencia en el futuro.

Lo que podemos ver este año en el caso del IBEX 35 es que se cumple lo que prevé el sentido común, por lo que parece que las expectativas están influyendo poco en la rentabilidad bursátil de los valores.

La tabla siguiente ordena los valores del IBEX 35 según el aumento de su beneficio por acción interanual a septiembre de 2017 (a junio de 2017 para Inditex, Siemens-Gamesa y DIA) respecto al del ejercicio 2016. En la tercera columna se indica además el aumento de dicha magnitud respecto al beneficio por acción interanual a junio de 2017. La rentabilidad de 2017 es hasta el 17 de noviembre.

Se puede apreciar que, en general, los primeros valores de la tabla estaban siendo más rentables que los que ocupan las últimas posiciones. Los quince valores con mayor aumento del beneficio por acción se revalorizaban (con dividendos incluídos) una media del 13,55% mientras que los quince con menores incrementos lo hacían una media del 6,57%. De hecho, los diez últimos acumulaban una rentabilidad media de -0,73%.

Vemos también que Acerinox es el único valor entre los de mayor incremento del beneficio por acción interanual que pierde en 2017. Se da la circunstancia de que el beneficio interanual a septiembre se ha reducido un 13% respecto al beneficio interanual a junio.

En realidad, no es necesario que los beneficios de una empresa aumenten de forma espectacular para que las acciones sean rentables en bolsa. Si tomamos los quince valores que ocupan las posiciones intermedias de la tabla, comprobamos que la rentabilidad media de esos valores era del 15,92%, que supera a la media de los diez primeros valores, que era del 12,08%.

Los valores más baratos y caros del IBEX con los beneficios por acción más recientes (corrección en Mapfre)

He actualizado la tabla de los beneficios por acción de los valores del IBEX y sus correspondientes ratios PER de acuerdo con las tres definiciones utilizadas. Para una explicación sobre los diferentes tipos de ratio PER, ver el artículo PER estándar, base y recurrente.

El PER es la relación precio-beneficio y se calcula dividiendo la cotización de la acción por su beneficio unitario. Nos da una primera aproximación para valorar si unas acciones están caras o baratas en términos relativos. La cartera Contrarian selecciona al final de cada trimestre las cinco empresas no financieras con el PER estándar más reducido. Para ver las rentabilidades históricas de esta cartera, podéis acceder al menú de Rentabilidades históricas.

Las siguientes tablas ordenan los valores del IBEX 35 según sus diferentes ratios PER a media tarde del día 23 de agosto de 2017. De acuerdo con el PER estándar (el comúnmente utilizado) y el PER base (que no tiene en cuenta resultados de operaciones interrumpidas), los más baratos son Inmobiliaria Colonial, IAG, ArcelorMittal, Merlin Properties, Repsol y Mapfre. Según el PER recurrente (que descarta beneficios extraordinarios y ciertas partidas atípicas), los más baratos son ArcelorMittal, IAG, Mapfre, Técnicas Reunidas y Enagás.

En esta tabla tenéis los beneficios por acción de 2016 y los correspondientes al periodo de doce meses entre el 30 de junio de 2016 y el 30 de junio de 2017. Los datos para Inditex y Merlín Properties solo están disponibles para 2016 porque publican balances en septiembre.

Los beneficios por acción de ArcelorMittal y de Bankia de 2016 están ajustados por los contrasplits 3×1 y 4×1 respectivamente llevados a cabo en 2017.

He corregido el beneficio por acción de Mapfre.

 

 

Los beneficios del IBEX 35 han crecido menos que el PIB en los últimos 20 años

Entre 1996 y 2016 la economía española creció un 50,6% en términos reales, lo que supone un 2,07% anual. En el mismo período de 20 años, ¿cuánto han aumentado los beneficios del conjunto de las sociedades que integran el principal índice de la bolsa española?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que la variación del PIB es una magnitud real, o sea deflactada por la inflación. Por tanto, tenemos que calcular el crecimiento de los beneficios en términos reales.

Por otro lado, comparar los beneficios en términos absolutos no tiene mucho sentido ya que el IBEX 35 ha variado su composición en muchas ocasiones. Más importante aún, una parte de esos beneficios han sido obtenidos, retenidos o desviados a costa de diluir la participación de los accionistas vía ampliaciones de capital, ya sea mediante operaciones corporativas como fusiones y adquisiciones, remuneraciones en acciones a accionistas, planes de incentivos a directivos, etc.

En una empresa o banco lo que nos interesa realmente es cómo ha evolucionado su beneficio por acción, y no su resultado en términos absolutos. Si, por ejemplo, el beneficio se ha duplicado pero el número de acciones se ha cuadriplicado, el beneficio por acción se habrá reducido a la mitad.

Del mismo modo, lo que importa es averiguar cómo ha evolucionado el beneficio por acción del IBEX 35, una magnitud que tiene en cuenta todos los beneficios por acción de las entidades que componen dicho índice así como las ponderaciones relativas de estas en el conjunto.

Según datos de la sociedad FG Valores (adquirida por Merrill Lynch en 1996), el beneficio por acción del IBEX 35 fue de 310 puntos hace 20 años (el beneficio por acción de un índice no se expresa en euros sino en puntos, al igual que el propio índice). El IBEX 35 cerró 1996 a 5154,77 puntos, por lo que su ratio PER fue de 16,6.

Según mis propios datos, en 2016 el beneficio por acción del IBEX 35 fue de 617,7 puntos. El aumento en términos nominales en estos 20 años fue del 99,3%. Sin embargo, la inflación acumulada en este mismo período fue del 55,5%. En términos reales, el incremento ha sido del 28,1% (el resultado correcto se obtiene por cociente, o sea deflactando, y no por sustracción).

Es decir, entre 1996 y 2016, el beneficio por acción del principal índice de la bolsa española aumentó un 28,1% en términos reales, menos que el conjunto de la economía española, que creció un 50,6%. Las principales sociedades cotizadas, en conjunto, han creado muy poco valor para el accionista y para el ahorrador que haya confiado en las acciones como instrumento de acumulación de capital.

Esto explica en buena parte por qué al cierre de 2016 el IBEX 35 todavía estaba a 9.352,10 puntos, que se traduce en una plusvalía de únicamente el 0,78% anual en términos reales. Por otro lado, nos recuerda la importancia de una buena selección que se concentre en las empresas mejor gestionadas.

Se da la circunstancia de que el valor actual del IBEX 35 (10.500 puntos) es el doble que al cierre de 1996, una revalorización muy similar al incremento nominal del 99% en el beneficio por acción entre 1996 y 2016. Por si no fuera evidente, a muy largo plazo la bolsa solo puede subir lo mismo que los beneficios relativos.

Lo que ha ocurrido en este período con los dividendos dibuja un escenario diferente, del que hablaré en una próxima ocasión.

 

Actualizada la tabla del PER estándar, base y sostenible de los valores del IBEX 35

El 28 de febrero concluyó el período de presentación de estados financieros para las compañías del IBEX 35, salvo Inditex, que los publica en marzo.

En esta página podéis ver el PER de cada valor del IBEX 35 a lo largo de la sesión bursátil en función de los beneficios por acción del ejercicio 2016, de acuerdo con tres definiciones diferentes y complementarias de este concepto. En el caso de Inditex, el beneficio por acción continúa siendo el interanual de junio de 2015 a junio de 2016.

Para acceder a dicha página desde el menú superior, tenéis que ir al menú IBEX 35, luego a Ratios IBEX y finalmente a PER (Precio/Beneficio), tal como se ve en la siguiente captura de pantalla.

captura_per_valores

Los beneficios por acción de esta tabla se actualizan a principios de marzo en base a los resultados anuales (a finales de marzo para Inditex) y a principios de agosto en base a los resultados interanuales de junio a junio (a finales de agosto para Inditex).

Los beneficios por acción de las sociedades del IBEX 35 en 2016

Diferencias entre el PER estándar, el PER base y el PER recurrente

A qué se deben las discrepancias en el ratio PER según la fuente consultada

 

Los beneficios por acción de las compañías del IBEX en 2016

Acabado el período de presentación de resultados para las compañías del IBEX 35 (excepto Inditex, que presenta balances en marzo ya que su año fiscal concluye en enero), ya disponemos de los beneficios por acción, una magnitud que nos permite calcular el ratio PER. El ratio PER es el precio de una acción dividido por su beneficio por acción y nos indica, en términos aproximados y relativos, si la acción está cara o barata.

La tabla siguiente indica el beneficio por acción de cada compañía según tres definiciones complementarias.

En primer lugar, tenemos el beneficio por acción estándar, que suele coincidir con el que publican las propias empresas. Es el beneficio neto atribuido a la sociedad dominante del ejercicio 2016 dividido por el número de acciones del capital social al final de 2016. A diferencia del dato que suelen publicar las compañías, incluyo las acciones en autocartera y utilizo el número de acciones que existían efectivamente al final del año, es decir, no me baso en el número medio ponderado. También tengo en cuenta las acciones con efectos potencialmente dilutivos.

La cartera Contrarian está formada por las cinco empresas no financieras con el PER estándar más bajo. Dicho PER se calcula con el precio al final de cada trimestre y el beneficio por acción estándar.

En ocasiones, el beneficio neto puede estar distorsionado por plusvalías generadas por la venta de una unidad de negocio que dejará de proporcionar beneficios en años subsiguientes. Por este motivo, he creado el concepto de beneficio por acción base, que es el beneficio neto de operaciones continuadas ajustado por impuestos y minoritarios. Para saber con más detalle el procedimiento de cálculo, ver PER estándar, base y recurrente.

Por último, también calculo el beneficio por acción recurrente, que excluye partidas atípicas o no recurrentes, de modo que viene a incluir únicamente la parte del beneficio que tiene más probabilidades de repetirse en el futuro. Podríamos decir que es la porción más sostenible del resultado, por lo que podríamos denominarlo igualmente beneficio por acción sostenible. Para saber con más detalle el procedimiento de cálculo, ver PER estándar, base y recurrente.

La segunda tabla ordena los valores del IBEX 35 según el incremento del beneficio por acción estándar de 2016 respecto a 2015.

La tercera tabla es un ranking de los valores del IBEX 35 según el incremento del beneficio por acción base de 2016 respecto a 2015. El gran incremento en el beneficio por acción base de Telefónica se debe a que en 2015 casi todo el beneficio de la compañía provino de operaciones interrumpidas y a que la  magnitud del beneficio de operaciones continuadas fue insignificante.

Por último, la cuarta tabla hace lo propio con el beneficio por acción recurrente o sostenible.

En el caso de Acciona, de los 407,6 millones de beneficio antes impuestos, 532,2 millones son plusvalías por ventas de inmovilizado, principal razón de que el beneficio recurrente sea negativo.

En cuanto a Merlin Properties, en el informe de gestión consolidado 2016 se indican 453,1 millones de revalorización neta de inversiones inmobiliarias, que en las cuentas oficiales figuran como “otros ingresos de explotación”. He seguido el criterio de la propia empresa en dicho informe de gestión y he considerado esta partida como revalorización de activos. Por esta razón, el beneficio por acción recurrente es muy inferior al estándar.

 

El beneficio por acción de las sociedades del IBEX 2012-2015

Todas las sociedades del IBEX han presentado ya sus estados financieros correspondientes al año 2015, de modo que ya disponemos de información completa que iré resumiendo en este blog. Hoy publico una tabla con los beneficios por acción estándar del 2015 y de años anteriores.

Defino el beneficio por acción estándar como el beneficio neto atribuido dividido por el número de acciones emitidas más el número de acciones potencialmente dilutivas. Puede diferir del dato publicado por cada sociedad ya que en los estados financieros se toma como referencia el número ponderado de acciones en circulación, que es el número medio de acciones que ha tenido el capital social a lo largo del año, menos la autocartera más las acciones potencialmente dilutivas. Como las acciones en autocartera pueden volverse a poner en circulación, prefiero tener en cuenta el número de acciones emitidas.

Los casos en que puede haber mayor diferencia respecto al dato publicado son aquellos en los que la sociedad ha hecho una ampliación de capital durante el año. En tal circunstancia, las normas permiten tomar como referencia el número medio de acciones. Por ejemplo, si al principio del año había 1.000 acciones y el 1 de octubre se amplió capital en 200 acciones, el número medio ponderado de acciones sería (9 meses x 1.000) + (3 meses x 1.200) dividido por 12 meses, que da 1.050. En cambio, en el beneficio por acción tal como lo calculo tendría en cuenta las 1.200 acciones del final. Para un beneficio neto atribuido de 2.000 €, el cálculo de la empresa arrojaría un beneficio por acción de 1,90 € mientras que si tomamos las 1.200 acciones efectivas, el resultado sería de 1,67 €, una diferencia significativa.

La mayor diferencia se da en OHL. El beneficio por acción informado en los estados financieros es de 0,42 € mientras que en la tabla aparece un valor de 0,186 €. La razón es que entre el 9 y el 23 de octubre de 2015 la constructora hizo una megaampliación de capital tras la cual el número de acciones de su capital pasó de 99,74 millones a 298,76 millones, es decir el triple. En el beneficio por acción informado se tiene en cuenta el número ponderado de acciones mientras que la cifra de la tabla ha sido calculada a partir del número efectivo de acciones.

Las acciones potencialmente dilutivas son aquellas que todavía no existen pero que existirán próximamente debido a operaciones de capital diversas, como la vigencia de una emisión de bonos convertibles en acciones, compromisos de la empresa de gratificaciones en acciones a sus empleados, etc.

BPA2012-2015

A qué se deben las discrepancias en el ratio PER según la fuente consultada

Según el sitio web, informe o análisis consultado, los datos sobre el ratio PER de las acciones cotizadas en bolsa puede variar de manera considerable.

El PER es el cociente entre la cotización en bolsa y el beneficio por acción. Como el origen de la discrepancia no puede venir del precio, tiene que deberse al beneficio por acción. A su vez, esta magnitud es el cociente entre el beneficio de la empresa y el número de sus acciones. Es en estas dos últimas variables donde se dan las diferencias.

a) El beneficio

En primer lugar, tenemos que ver a qué período se refiere. Algunas fuentes utilizan el beneficio del último ejercicio, otras el beneficio estimado para el año en curso y otras el beneficio más reciente conocido. Por ejemplo, si estamos en septiembre de 2015, una fuente puede usar el beneficio por acción de 2014, otra el estimado para 2015 y otra el de los últimos doce meses (junio 2014-junio 2015).

En segundo lugar, el tipo de beneficio puede ser diferente. Unas fuentes pueden usar el “beneficio neto atribuido a la sociedad dominante“, que es el que realmente ha obtenido la sociedad (todas las entidades cotizadas en bolsa son sociedades dominantes, es decir, sociedades que controlan a otras, llamadas dependientes o filiales). Pero este beneficio incluye el de operaciones continuadas (obtenido con actividades que la sociedad va a mantener en el siguiente ejercicio) y el de operaciones interrumpidas (obtenido con actividades que la sociedad ha abandonado durante el ejercicio y que por tanto ya no van a generar nuevos beneficios en el futuro). Algunas fuentes toman únicamente el beneficio de operaciones continuadas, lo cual tiene sentido porque el de operaciones interrumpidas no deja de ser un resultado extraordinario.

Sin embargo, el beneficio de operaciones continuadas no descuenta la parte del beneficio que la sociedad se ha apuntado como propio como consecuencia de la consolidación de cuentas pero que en realidad pertenece a los accionistas minoritarios de sus filiales (los intereses minoritarios o “beneficio neto atribuido a intereses minoritarios“) mientras que el “beneficio neto atribuido a la sociedad dominante“ sí que los descuenta. En ocasiones (pocas), los intereses minoritarios pueden ser muy elevados en relación al beneficio de operaciones continuadas, por lo que usar esta última magnitud puede distorsionar el verdadero beneficio obtenido por la sociedad dominante.

b) El número de acciones

Según las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), el número de acciones que la sociedad debe considerar para calcular del beneficio por acción es el número de acciones en circulación ponderado.

El número de acciones en circulación es el número de acciones emitidas (incluso aunque estén en manos de grupos de control que no tienen intención de venderlas) menos la autocartera. La autocartera es el conjunto de acciones que está en manos de la propia sociedad.

Unas fuentes pueden usar el número de acciones en circulación pero otras pueden basarse simplemente en el número de acciones que efectivamente existe en el momento de calcular el beneficio por acción. Excluir las acciones de la autocartera tiene sentido si la sociedad tiene previsto amortizarlas, es decir eliminarlas de la circulación. Pero una sociedad compra a menudo acciones propias para luego distribuirlas entre sus empleados o accionistas, o bien para sostener la cotización de las mismas en bolsa y luego revenderlas. Como no sabemos qué va a hacer exactamente la sociedad con su cartera, también tiene sentido contar las acciones en autocartera como si estuvieran en circulación, puesto que pueden estarlo en cualquier momento.

El número ponderado de acciones es la media ponderada de acciones que ha tenido la sociedad a lo largo de un período. Por ejemplo, imaginemos que  la sociedad X empezó enero con 1.000 acciones y que el 31 de marzo hizo una ampliación de capital, de modo que su número de acciones pasó a ser de 1.200. Entonces, en diciembre su número ponderado de acciones habrá sido de (1.000 x 3 meses) + (1.200 x 9 meses), todo ello dividido por 12 meses, que da 1.150 acciones. Entonces el beneficio por acción sería el beneficio dividido por 1.150 acciones. Algunas fuentes pueden tomar este número como válido porque la sociedad no ha dispuesto de todo el ejercicio para rentabilizar los nuevos recursos obtenidos mediante la ampliación. Pero otras pueden usar el número efectivo al final del período, o sea 1.200 títulos, ya que es el que existe realmente. Ambos procedimientos tienen sentido.

Así llegamos al número medio ponderado de acciones en circulación, que además de tener en cuenta la autocartera, considera también las variaciones debidas a ampliaciones o reducciones de capital.

Por último, hay una serie de acciones que todavía no se han emitido pero se sabe que se emitirán en el futuro. Son las acciones con efectos dilutivos, a veces denominadas acciones dilutivas. Normalmente se trata de acciones que la empresa o banco sabe que va a emitir como consecuencia de planes de remuneraciones a sus empleados o como fruto de la conversión de bonos convertibles.

Cálculo del beneficio por acción en este blog

Utilizo el número de acciones que existe efectivamente en el momento del cálculo, es decir no tengo en cuenta la autocartera ni pondero en función de las variaciones en el capital social. Añado las acciones con efectos potencialmente diluvios, si la información al respecto está disponible. Si hay una ampliación de capital en curso o inminente, puedo incluir las nuevas acciones que están a punto de emitirse.

Actualizo los datos por semestres. Hacia finales de marzo están publicados todos los estados financieros anuales, por lo que a partir de ese mes y hasta finales de septiembre los beneficios por acción están referidos al ejercicio anterior. Hacia finales de septiembre están publicados todos los estados financieros correspondientes al primer semestre, de modo que calculo el beneficio de los últimos doce meses (del 30 junio del ejercicio anterior al 30 de junio del presente ejercicio). Estos datos están vigentes hasta marzo del año siguiente.

En cuanto al beneficio, utilizo tres medidas:

a) el beneficio neto atribuido a la sociedad dominante, a partir del cual calculo el beneficio por acción estándar,

b) el beneficio neto por operaciones continuadas ajustado por intereses minoritarios, a partir del cual calculo el beneficio por acción básico y

c) el beneficio neto recurrente, a partir del cual calculo el beneficio por acción recurrente.

Para más información, ver Diferencias entre el PER estándar, el PER básico y el PER recurrente.

La importancia del beneficio por acción

Qué adquirimos cuando compramos una acción

Cuando compramos una acción, compramos un derecho de propiedad sobre una empresa. Claro que el número de acciones es tan grande que no acabamos de sentirnos propietarios, al igual que al adquirir un terreno en España no nos sentimos propietarios del país.

Aunque realmente el derecho de propiedad sobre la empresa es lo menos importante. Por ejemplo, el capital social de Gas Natural está compuesto por casi exactamente mil millones de acciones. Así, una acción de Gas Natural me convierte en propietario de una mil millonésima parte de la compañía (en proporción, sería como poseer 504 m2 de territorio español en relación a la superficie total de España). Pero no sería propietario de los activos de la compañía sino de su patrimonio neto ya que al valor de los activos hay que restar el importe de las deudas. Si Gas Natural decidiera disolverse, devolvería a los accionistas su patrimonio neto, que al final de 2014 fue de 14.141 millones de euros. A cada acción le correspondería la mil millonésima parte de esta cantidad, o sea unos 14 €. Es lo que se conoce como valor contable.

Si pago 20 € por algo que vale 14 €, parece que estoy cometiendo una insensatez pero no necesariamente es así. De hecho, hay empresas, como Inditex, que cotizan a 9 veces su valor contable. En otro artículo he comentado que seguir la estrategia de comprar las empresas cuyo precio está más próximo a su valor contable no da resultados especialmente buenos.

Las empresas se valoran como negocios en marcha, lo que normalmente implica negocios en crecimiento. Se valoran por los beneficios que son capaces de generar, es decir como activos financieros, más que como activos reales por el patrimonio que poseen. Por eso sus acciones suelen valer más, o mucho más, de lo que indica su valor contable.

En vez de considerar las acciones como un derecho de propiedad sobre el patrimonio de una empresa, conviene más considerarlas como un derecho de propiedad sobre los beneficios. Pero no sobre los beneficios totales de la empresa sino sobre el beneficio que le corresponde a cada acción. Poco importa que una sociedad aumente sus beneficios un 20% si al mismo tiempo ha hecho una ampliación de capital en la que ha creado un 20% más de acciones, porque en este caso el beneficio que le corresponde a cada acción no habrá variado. Por tanto, podemos decir que una acción es un activo que da un derecho de propiedad sobre el beneficio que le corresponde.

Si bien al comprar una acción de Gas Natural solo soy propietario de la mil millonésima parte de la compañía, soy propietario del 100% del beneficio que corresponde a esa acción. Pero hay un acuerdo tácito entre el accionista y la empresa mutuamente ventajoso. Consiste en que la empresa solo paga al accionista una parte del beneficio por acción en concepto de dividendo y reinvierte la otra en la propia compañía para ser capaz de generar mayores beneficios y por tanto mayores dividendos en el futuro.

Poco importa que al comprar 500 m2 de terreno me sienta propietario de la mil millonésima parte de España sino saber que soy propietario de todo lo que puede producir ese terreno.

Cómo se calcula el beneficio por acción

El beneficio por acción es el beneficio después de impuestos dividido por el número de acciones.

A partir de aquí hay una serie de precisiones:

a) El beneficio neto a considerar es el «beneficio neto atribuido a la sociedad dominante». Cuando una empresa posee más del 50% de otra, debe consolidar las cuentas de la filial a las suyas. Es decir, debe sumar línea por línea todas las partidas del balance de situación y de la cuenta de resultados a su propio balance de situación y su propia cuenta de resultados. Esto hace que se apunte beneficios que en realidad no le corresponden. Por ejemplo, si la empresa A (matriz o dominante) tiene el 70% de una sociedad B (filial o dependiente), se apunta el 100% de sus beneficios, por lo que al final de la cuenta de resultados la empresa A debe descontar el 30% de los beneficios de la B. Son los intereses minoritarios. Si la empresa B ha tenido pérdidas, entonces los intereses minoritarios son positivos porque en este caso la matriz se habrá apuntado un 30% de pérdidas de la B que no le correspondían.

b) El beneficio neto atribuido a la sociedad dominante (abreviado generalmente como beneficio neto atribuido o atribuible) puede incluir beneficios derivados de «operaciones interrumpidas». Cuando una empresa vende (o se dispone a vender) una parte de su negocio, debe contabilizar los resultados obtenidos durante el año de esa línea de negocio (así como los beneficios o pérdidas obtenidos en la enajenación) en un renglón aparte, bajo la denominación de operaciones interrumpidas. Se hace para indicar al accionista que en el futuro ya no obtendrá beneficios (o pérdidas) de una de sus líneas de negocios. Eso no significa necesariamente que en el futuro los beneficios vayan a ser menores. Si la sociedad utiliza los beneficios obtenidos para entrar en un segmento de mercado más rentable o en el que puede ser más eficiente, los beneficios futuros pueden aumentar con mayor rapidez. Dependerá del acierto que hayan tenido los gestores al sustituir una línea de negocio por otra.

c) El resultado neto que no procede de operaciones interrumpidas forma lo que se denomina «resultado de operaciones continuadas». Pero no hay que confundirlo con beneficio recurrente, ya que puede incluir plusvalías obtenidas por la venta de inmovilizado (por ejemplo un edificio o una instalación) o por la venta de activos financieros (por ejemplo, plusvalías obtenidas al vender una participación en otra empresa).

En definitiva, hay que tener en cuenta que el beneficio por acción incluye todos los posibles resultados extraordinarios que ha obtenido la empresa durante el ejercicio.

Diferencia entre beneficio por acción informado y beneficio por acción efectivo

El beneficio por acción informado es el que proporciona la sociedad en su cuenta de resultados. Para su cálculo, toma en consideración el «número medio ponderado de acciones en circulación». Si la sociedad ha aumentado capital durante el ejercicio, no se tiene en cuenta el número de acciones existentes en el momento de calcular el beneficio por acción sino el número medio ponderado. Por ejemplo si en enero el capital social tenía 1.000 acciones y en octubre tenía 1.100 acciones debido a una ampliación de capital (o también debido al pago de dividendos en acciones), a efectos del cálculo del beneficio por acción se considera que durante nueve meses (de enero a septiembre) hubo 1.000 acciones y durante tres meses (de octubre a diciembre) hubo 1.100 acciones. El número medio ponderado sería (1.000 x 9) + (1.100 x 3), todo ello dividido por 12, lo cual da 1.025 acciones.

Si la sociedad ha comprado acciones propias (por ejemplo para sostener la cotización en bolsa, para repartirlas entre los empleados, para reducir capital etc.) esas acciones (lo que se llama autocartera) no cuentan en el reparto del beneficio ni del dividendo porque no están en circulación.

El beneficio neto atribuido dividido por el número medio ponderado de acciones en circulación nos da el beneficio por acción básico.

Las normas contables obligan a las empresas a indicar también el beneficio por acción diluido, que es el dato que realmente nos interesa. Para calcularlo, se tienen en cuenta acciones que todavía no están en circulación pero que se sabe que lo estarán en un futuro próximo debido a la existencia de bonos convertibles en acciones, planes de remuneración en acciones para empleados etc. Normalmente hay muy poca diferencia entre el beneficio por acción diluido y el básico, salvo en algunos bancos, ya que estos pueden tener en marcha elevadas emisiones de bonos convertibles.

El beneficio por acción efectivo que indico en la tabla (y que utilizo en el cálculo de la relación precio beneficio) es el beneficio neto atribuido dividido por el número efectivo de acciones (y no la media ponderada) más el número de acciones con efectos potencialmente dilutivos.

Beneficios por acción de los valores del IBEX-35

 

 

PER de los valores del IBEX-35

 

El PER o relación precio beneficio es el precio dividido por el beneficio por acción. Cuando menor es el PER, más barata se puede considerar la acción.

PER negativo: la entidad ha obtenido pérdidas en el último período considerado.

La importancia del beneficio por acción

Evolución del beneficio por acción de los valores del IBEX-35

 

Rentabilidad de los valores del IBEX-35

2013

2014

2015

 

La relación precio-beneficio

Qué es la relación precio-beneficio

La relación precio-beneficio es el ratio bursátil más conocido y utilizado. Suele conocerse por las siglas PER, del inglés Price-Earnings Ratio. Es el resultado de dividir el precio por el beneficio por acción.

Podemos encontrar el beneficio por acción anual en las dos últimas líneas de la cuenta de resultados consolidada anual (o «cuenta de pérdidas y ganancias consolidada») que las sociedades cotizadas deben remitir a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Este documento lo podemos encontrar en la página web de la entidad y en la de la CNMV.

Si usted compra una acción de una sociedad por 20 euros y el beneficio por acción de esa sociedad es de 2 euros, su acción le convierte en propietario de 2 euros de los beneficios de la empresa. Eso no significa que la sociedad vaya a pagarle 2 euros por cada acción. Usted acepta que la entidad le pague una parte, por ejemplo la mitad, en forma de dividendos y que reinvierta la otra parte para poder incrementar beneficios, y por tanto los dividendos, en el futuro.

Cuando tenemos el beneficio por acción, calcular el PER es muy sencillo. Basta dividir el precio de la acción por esa magnitud.

El PER nos da una idea de si la acción está cara o barata. A diferencia de los bienes corrientes, el precio de una acción no nos dice nada. Unas acciones a 100 euros pueden estar más baratas que otras a 2 euros. En bolsa, el precio es relativo y esa relatividad nos la da el PER. Si las acciones de 100 euros tienen un beneficio por acción de 10 euros, su PER será de 10 veces. Si las acciones de 2 euros tienen un beneficio por acción de 0,1 euros, su PER será de 20 veces. Esto significa que las que valen 2 euros son el doble de caras que las que valen 100 euros porque al comprar las de 2 euros, uno está pagando 20 veces el beneficio que corresponde a cada acción mientras que si uno compra las de 100 euros sólo paga 10 veces por el mismo concepto.

¿Es el PER un buen criterio de selección?

Para poner a prueba este criterio, cada semestre acabado el 31 de marzo y el 30 de septiembre seleccioné los siete valores del IBEX-35 con un PER menor y calculé su rentabilidad en los siguientes seis meses. En los semestres acabados el 31 de marzo, tomé el beneficio por acción correspondiente al año anterior. En los semestres acadabdos el 30 de septiembre, el beneficio por acción acumulado desde el segundo semestre del año anterior hasta el primer semestre del año corriente.

Los resultados pueden verse en la columna 7 de la tabla siguiente.

Fecha inicial

Fecha final

IBEX-35

Media 35 valores

7 valores con

menor PER

100,0 €

100,0 €

100,0 €

31 mar-2006

30 sep-2006

11,2%

111,2 €

9,2%

109,2 €

18,6%

118,6 €

30 sep-2006

31 mar-2007

14,7%

127,5 €

19,0%

129,9 €

22,1%

144,8 €

31 mar-2007

30 sep-2007

1,3%

129,2 €

-6,4%

121,6 €

-2,6%

141,0 €

30 sep-2007

31 mar-2008

-7,7%

119,3 €

-10,7%

108,7 €

-9,0%

128,3 €

31 mar-2008

30 sep-2008

-15,1%

101,3 €

-19,2%

87,7 €

-22,2%

99,8 €

30 sep-2008

31 mar-2009

-26,8%

74,1 €

-26,1%

64,9 €

-23,1%

76,8 €

31 mar-2009

30 sep-2009

55,5%

115,2 €

60,3%

104,0 €

95,9%

150,5 €

30 sep-2009

31 mar-2010

-5,6%

108,8 €

-3,5%

100,4 €

-5,5%

142,2 €

31 mar-2010

30 sep-2010

-0,2%

108,6 €

-7,5%

92,9 €

-10,8%

126,9 €

30 sep-2010

31 mar-2011

3,2%

112,0 €

13,3%

105,2 €

32,6%

168,3 €

31 mar-2011

30 sep-2011

-16,4%

93,7 €

-20,5%

83,6 €

-15,7%

141,9 €

30 sep-2011

31 mar-2012

-3,4%

90,5 €

-1,1%

82,7 €

-0,8%

140,8 €

Como puede observarse, cada 100 euros invertidos siguiendo este criterio de selección se hubieran convertido en 140,8 euros seis años después, significativamente más que los 82,7 euros de una cartera con los 35 valores del índice (media de referencia) o los 90,5 euros de una cartera con la misma composición y ponderaciones del IBEX-35.

En términos anuales, una cartera que al principio de cada semestre contara con los 7 valores con menor PER del índice hubiera generado una rentabilidad media del 5,86% anual frente a una pérdida del 3,11% anual de una cartera con los 35 valores y una pérdida del 1,66% anual del IBEX. Esto supone una ventaja de casi el 9% anual respecto a la media de referencia.

Hay que destacar, además, que en nueve de los doce semestres la estrategia fue más rentable que la media de referencia.

Podemos concluir, por tanto, que utilizar la relación precio-beneficio como criterio de selección produce resultados notables y que permite a un inversor sin demasiados recursos tener una cartera con pocos valores de la que se puede esperar una rentabilidad superior a la del índice de referencia.

La selección de valores en base a este criterio hubiera escandalizado a cualquier experto

El 30 de septiembre de 2007, de los siete valores seleccionados cuatro pertenecían al sector de la construcción y dos eran bancos. Una maravilla de cartera para afrontar el inicio de la doble crisis: la de la construcción y la financiera.

El 31 de marzo de 2008, un ferviente defensor de esta estrategia se hubiera empeñado en mantener tres constructoras y un banco en su cartera. No hubiera descartado una constructora y un banco debido a sus temores por lo que se estaba viniendo encima sino a que dichos valores habían descendido puestos en la clasificación del PER.

El 30 de septiembre de 2008, en plena tormenta financiera, hubiera liquidado totas las constructoras y el banco que tenia en cartera en el semestre precedente, no por la que estaba cayendo sino porque se habian vuelto a encarecer en términos relativos por PER.

El 31 de marzo de 2009, poco después de que la crisis financiera alcanzar su punto culminante, hubiera elegido cuatro entidades financieras (Mapfre incluida). Una cartera muy bien diversificada para los tiempos que corrían…

El 31 de marzo de 2010, en la segunda embestida de la doble crisis, hubiera seleccionado tres constructoras y tres entidades financieras, seis valores (sobre un total de siete) expuestos a los sectores más delicados.

A pesar de todo, hubiera obtenido nueve puntos anuales de ventaja sobre el mercado. Algo que casi ningún gestor profesional pudo conseguir, lo que demuestra que un pequeño capital gestionado por un inversor sin prejuicios puede obtener mejores resultados que un gran capital administrado con las teorías más sofisticadas.

Otras estrategias a examen:

El rendimiento por dividendo

La relación entre el precio y el valor contable

Los «perros» de la bolsa

La rentabilidad sobre recursos propios

La relación precio-beneficio

El mago y el inversor

Un inversor conocía un mago que siempre acertaba. Así que un día le pidió una predicción acerca de alguna empresa que fuera a tener un crecimiento espectacular de sus ingresos. El mago le aseguró que la empresa X doblaría sus ingresos en los siguientes tres años. Cuando el mago hizo la predicción, X ingresaba 100 y sus costes eran de 60, de modo que sus beneficios eran de 40.

Al cabo de esos tres años, los ingresos de X se duplicaron, tal como había predicho el mago, pero los costes de la empresa se multiplicaron por 5 de forma que sus ingresos fueron de 300 y sus gastos de otros 300. Por tanto, el beneficio fue cero y las acciones de X se desplomaron.

Habiendo aprendido la lección, el inversor volvió a ver al mago y le pidió que le hablara de alguna empresa que fuera a doblar beneficios en poco tiempo. El mago le complació al decirle que la compañía Z alcanzaría esa proeza en sólo dos años. El inversor se apresuró en comprar las acciones de Z.

Habían transcurrido unos meses cuando Z compró otra compañía. En efecto, al cabo de dos años los beneficios de Z se habían duplicado porque incorporaban los beneficios de la nueva filial. Pero Z tuvo que hacer una macroampliación de capital para absorber la empresa adquirida y el número de sus acciones se multiplicó por 2,5, de forma que su beneficio por acción cayó un 20%. El mercado penalizó la pesada digestión de Z y el precio de las acciones se derrumbó.

El inversor tenía claro ahora que lo importante no era el volumen de ingresos ni el de beneficios sino el beneficio por acción ya que esto era lo que realmente le interesaba al accionista. Entonces le pidió al mago que le predijera qué empresa del mercado iba a tener el mayor crecimiento en su beneficio por acción. El mago le dijo que ABY destacaba sin duda por encima de todas las demás y le anticipó que doblaría su beneficio por acción en tres años.

El inversor compró tantas acciones de ABY como pudo a un precio de 200 euros. Nunca había realizado una apuesta tan decidida. En ese momento, el beneficio por acción de la empresa era de 5 euros.

En efecto, al cabo de tres años el beneficio por acción de ABY se multiplicó por dos, a 10 euros. Pero el precio cayó a 100 euros, un 50%. ¿Por qué? ¿Qué había pasado?

El inversor compró las acciones a 200 euros cuando el beneficio por acción era de 5 euros. Es decir, la proporción entre ambas variables era de 40. En otras palabras, había pagado 40 veces el beneficio por acción de ABY. En bolsa esta proporción se conoce con el nombre de relación precio-beneficio o PER (del inglés Price-Earnings Ratio). Pero en tres años las cosas pueden cambiar mucho y ABY dejó de ser una empresa de alto crecimiento para convertirse en una empresa de resultados sólidos per con un crecimiento más lento. El mercado dejó de valorar las expectativas futuras de ABY como lo había hecho años atrás y sólo estaba dispuesto a pagar 10 veces el beneficio por acción. Por eso, el precio fue de 100 euros.

El inversor llegó a la conclusión de que debía pedirle al mago que adivinara qué PER tendrían las acciones en el futuro. Pero también comprendió que ese dato no servía de nada si no sabía además el beneficio por acción de cada compañía. Cuando fue a ver al mago, este le avisó de que no podía predecir dos variables al mismo tiempo. Finalmente, el inversor, después de haber perdido casi todo su dinero en apuestas seguras, comprendió que nunca podría comprar un valor «con futuro».