La “recesión democrática“ y sus implicaciones para los inversores

El grupo de investigación The Economist Intelligence Unit creó el Democracy Index (indice de Democracia) en 2007. Ya desde la primera revisión, en 2008, detectó un deterioro general de la calidad democrática, que se ha ido acentuando a lo largo de los años.

En la edición de 2007, que analizaba la situación de 2006, 28 países eran considerados democracias plenas:

En la edición de 2018, que abarca 167 países, solo 19 figuran en lo alto de la tabla. Destaca la caída de Estados Unidos y Francia, dos países con una sólida trayectoria democrática. Francia es considerado una democracia imperfecta desde 2010 y Estados Unidos desde 2016.

En la última edición, The Economist Intelligence se refiere en particular al retroceso en la libertad de expresión y al aumento de los ataques a la prensa.

En 2010 el 12,3% de la población mundial (sin contar microestados, que no son analizados por el estudio) vivía en una democracia plena, y casi la mitad (el 49,5%) bajo alguno de los dos tipos de democracia…

… pero en 2017, el primer porcentaje ha caído al 4,5%:

Parece ser que fue Larry Diamond, de la Universidad de Stanford y codirector del Journal of Democracy, el primero en usar el término “recesión democrática“. Diamond ha alertado en numerosas ocasiones del sutil pero progresivo deterioro de los derechos y libertades individuales en un gran número de países.

En declaraciones al canal de noticias CNBC el 26 de octubre de 2018, Richard Haass, presidente del Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos, ha afirmado que los inversores deberían estar preocupados ante esta deriva autoritaria, que puede acabar por desestabilizar el orden global creado tras la segunda guerra mundial y liderado por los Estados Unidos. Según el diplomático, los inversores a largo plazo son los más afectados por este contexto porque la inestabilidad política, y con ella la económica, irá en aumento. Por este motivo, les recomienda cautela e incrementar la diversificación.

Las principales amenazas son el aislacionismo y el rechazo a las normas internacionales, que tienen implaciones tanto a nivel de la paz mundial como de oportunidades de crecimiento económico. Los gobiernos autoritarios se creen imbuidos de una misión salvadora que les hace sentir por encima de la ley. No por casualidad son también los más corruptos y los más incapaces, y menos interesados, en crear riqueza y bienestar para la población.

 

 

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