Con este artículo no quiero influirte para que vendas o dejes de comprar acciones de Telefónica sino informarte de unas circunstancias que tal vez no conozcas. Aunque mis opiniones sobre la empresa suelen ser negativas, no tengo absolutamente nada en contra de la misma. Me baso únicamente en el análisis de sus estados financieros.
Las cuentas de Telefónica se parecen a las de los bancos
Si eres accionista de una empresa, hay dos datos que te interesan en particular. El primero, el patrimonio neto atribuido (o atribuible), que es el patrimonio neto que pertenece a los accionistas. El segundo, el beneficio neto atribuido (o atribuible), que es la ganancia neta que corresponde a los accionistas.
Sin embargo, en la mayoría de bancos y en algunas empresas, ambos conceptos han sufrido algunos “retoques“. Dentro del patrimonio neto atribuido se puede incluir cierta clase de deuda y los intereses que se pagan por esa cierta clase de deuda pueden no ser restados del beneficio.
Esa cierta clase de deuda está constituida por obligaciones que “más o menos“ se tienen que cumplir. Por ejemplo, la deuda subordinada, que como su nombre indica está subordinada al cumplimiento de una condición, normalmente que la entidad obtenga beneficios suficientes. También puede incluir deuda perpetua, ya que solo devenga intereses, mientras que el principal no tiene por qué ser amortizado. Las obligaciones necesariamente convertibles en acciones también entran en esa categoría: devengan intereses mientras estén en vigor pero su principal no debe ser devuelto, ya que están destinadas a convertirse en acciones.
Las prácticas de atribuir una parte del patrimonio neto a ciertos acreedores, incluir intereses de la deuda en el beneficio neto atribuido a los accionistas, así como emitir obligaciones necesariamente convertibles en acciones, fueron iniciadas hace años por la mayoría de los bancos, unas prácticas a la que se han apuntado algunas empresas no financieras, entre ellas Telefónica.
En el informe anual de Telefónica podemos leer:
En todas estas emisiones de obligaciones perpetuas subordinadas el emisor tiene la posibilidad de diferir en el tiempo el pago de los cupones, por lo que no son exigibles por los titulares.
Es decir, si a Telefónica no le va bien pagar los intereses, no los paga. De aquí que dichas obligaciones no sean tan obligatorias.
A continuación, se indica lo siguiente:
Dado que el repago del principal y el pago de los cupones depende exclusivamente de la decisión que tome Telefónica, estas obligaciones perpetuas subordinadas constituyen un instrumento de patrimonio.
Resumiendo, la deuda que uno paga si puede, o si quiere, se considera patrimonio.
Puedes preguntarte por qué hay quien presta su dinero (es decir, compra títulos de deuda) a un banco o empresa que considera ese dinero como patrimonio y no como deuda. La cuestión es que este inversor presupone que la entidad responsable cumplirá sus compromisos porque en caso contrario nadie querrá financiarla en el futuro a través de ese tipo de emisiones. En tanto que el banco o empresa que quiere aprovechar las ventajas de la deuda “discrecional“ le interesa poder seguir haciéndolo de forma indefinida, podemos considerar que tiene la obligación de cumplir. Así que si bien la entidad contabiliza esas obligaciones como no exigibles, desde el punto de vista del acreedor sí lo son.
Patrimonio menguante
En el balance de situación, a estos títulos híbridos, o sea títulos que son parte deuda y parte patrimonio, se les reconoce bajo la denominación genérica de “otros instrumentos de patrimonio“.
En 2013, el patrimonio neto atribuido de Telefónica era de 21.185 millones de euros, de los que 2.466 millones pertenecían a “otros instrumentos de patrimonio“. En 2016, el patrimonio neto era de 18.157 millones de euros y la parte correspondiente a la “deuda que es medio deuda“ ya alcanzaba los 7.803 millones de euros. Así que en este período, el patrimonio neto realmente atribuible a los accionistas ha pasado de 18.179 millones de euros en 2013 a 10.354 millones de euros en 2016.
Buena parte de esta disminución se debe a los elevados pagos en dividendos realizados en los últimos años, que en ocasiones han sido superiores a los beneficios, lo cual ha descapitalizado la compañía.
Beneficio real
El beneficio neto atribuido de Telefónica fue de 2.369 millones de euros en 2016. Sin embargo, en una nota a los estados financieros anuales vemos que una parte de este beneficio, concretamente 257 millones de euros, corresponde a los titulares de obligaciones perpetuas subordinadas. Por tanto, el beneficio real fue de 2.112 millones de euros.
Por otro lado, la compañía ha emitido obligaciones necesariamente convertibles. Esto implica que hay que dividir el beneficio entre un número mayor de títulos al que existe actualmente, ya que en un futuro próximo dichas obligaciones se transformarán en acciones. En 2016, dichas acciones potenciales o dilutivas fueron de 151,27 millones.
Un PER de 22
En el primer trimestre de 2017, el beneficio neto atribuido fue de 779 millones de euros. Telefónica no especifica qué parte de este resultado se imputa a los titulares de obligaciones perpetuas subordinadas, pero de modo indirecto se puede estimar que son unos 70 millones de euros. Por tanto, el beneficio estimado para los accionistas fue de unos 709 millones de euros.
Supone un incremento sustancial respecto a los 548 millones de euros del primer trimestre de 2016. De esta cantidad, unos 92 millones fueron imputables a acreedores y unos 456 millones a los accionistas. Por tanto, el incremento del beneficio realmente atribuible a los accionistas ha sido del 55%.
Gran parte de esta mejoría se debe a la disminución en el coste de la deuda en divisas, lo cual ha reducido el pago de gastos financieros en 231 millones en el trimestre.
El beneficio neto atribuido real de Telefónica entre marzo de 2016 y marzo de 2017 fue de 2.364 millones de euros, lo que dividido por el número de acciones (incluyendo las potenciales o dilutivas), nos da un beneficio por acción de unos 0,456 €. Al precio actual de 10,20 €, los títulos cotizan a un ratio PER (relación entre el precio y el beneficio por acción) de 22.
Goldman Sachs recomienda comprar Telefónica…otra vez
El banco de inversión más poderoso lleva años recomendando comprar acciones de la compañía española. En junio de 2015, cuando los títulos cotizaban a 13 €, fijó un precio objetivo de 15,10 €.
El pasado 18 de mayo Goldman volvió a aconsejar las acciones, con un precio objetivo de 11,60 € a 12 meses, tras destacar que la calidad de los activos de la compañía y la capacidad de esta para reducir costes y deuda la sitúa en una senda de crecimiento sostenible.
Black Rock ya tiene 278,5 millones de acciones
No solo el mayor banco de inversión del mundo sino también la mayor gestora de fondos de inversión del planeta confía plenamente en Telefónica, pues ya posee el 5,565% del capital de esta. Entre diciembre de 2009 y septiembre de 2016 su particpación era del 3,77%, período en el que los títulos cayeron de 19 € a 9 €.