Los resultados de Grifols en el primer trimestre de 2020

Grifols es uno de los tres valores, junto con Viscofán y Cellnex, del IBEX que están en positivo en 2020. Al precio de 32 €, sube un 2%, mientras que el índice se deja cerca de un 29%.

De hecho, la compañía está plenamente operativa en las actuales circunstancias derivadas de la pandemia. Está llevando a cabo diversas investigaciones para tratar la enfermedad del COVID-19, como una inmunoglobulina hiperinmune anti-SARS-CoV-2, y está desarrollando una prueba diagnóstica de alta sensibilidad para detectar dicho virus.

En este contexto adverso para la mayoría de empresas, los resultados de Grifols evolucionan de modo positivo. En el primer trimestre de 2020, los ingresos aumentaron un 11,8% y el beneficio de explotación un 18,4%. El beneficio neto creció un 63%, aunque la variable más significativa en este sentido es el beneficio neto ajustado, que aumentó un 8%. El fuerte crecimiento del beneficio neto estándar se debió principalmente a una disminución de gastos financieros de 21 millones de euros, en virtud de la refinanciación de la deuda llevada a cabo en noviembre de 2019, y a un impacto positivo no recurrente de 56,5 millones de euros por la revalorización contable del cierre de la operación con Shanghai RAAS. 

El beneficio neto ajustado excluye partidas no recurrentes, de modo que ofrece una visión más realista del beneficio sostenible a largo plazo. Normalmente, las cifras de esta variable se encuentran bastante por encima del beneficio neto no ajustado. Sin embargo, a marzo de 2020 el beneficio neto interanual (31 de marzo de 2019 a 31 de marzo de 2020), que fue de 697,14 millones €, se ha acercado mucho al beneficio neto ajustado (723,20 millones €).

El beneficio por acción interanual es de 1,014 € sin ajustar y de 1,0518 € ajustado. A un precio de 32 €, el ratio PER (precio dividido por el beneficio por acción) de los títulos se encuentra por encima de 30. En el ejercicio 2019, el beneficio por acción no ajustado fue de 0,91 € y el ajustado, de 1,045 €.

Ver Beneficios por acción estándar y recurrentes de las compañías del IBEX.

A cargo de 2018, Grifols repartió un dividendo de 0,345 € (0,20 € en noviembre de 2018 y 0,145 € en junio de 2019). A cargo de 2019 ha repartido 0,20 € a cuenta en diciembre de 2019. En la presentación de resultados del primer trimestre no se hace referencia al pago del complementario, de modo que cabe esperar que la decisión se anuncie en las próximas semanas.

La deuda financiera neta, según datos de la empresa, fue de 5.803,6 millones de euros al cierre del trimestre, lo que equivale a 4,12 el EBITDA (beneficio operativo más amortizaciones). El coste medio de la deuda financiera fue relativamente elevado en 2019 (5,05% si lo calculamos como el cociente entre gastos financieros y deuda financiera bruta media). No obstante, la proporción del beneficio operativo que se destinó al pago de la deuda fue de un asumible 20,2%.

El cuadro siguiente recoge la cuenta de resultados del primer trimestre de 2020.

Fuente: Grifols, Resultados primer trimestre 2020

 

 

Las cuentas de Grifols en 2018

Grifols obtuvo en 2018 un beneficio neto de 596,6 millones de euros, 0,867 € por acción, un 10% menos que en 2017. Sin embargo, el beneficio bruto aumentó un 4%.

Esta disparidad se debe a que en 2017 los resultados estuvieron distorsionados por créditos fiscales como consecuencia de la reforma fiscal en Estados Unidos. Ver El verdadero beneficio de Grifols en 2017.

Grifols tiene dos clases de acciones: 426,1 millones de títulos de clase A, que son las cotizan en el IBEX 35, y 261,4 millones de títulos preferentes sin derecho a voto (clase B). A efectos de los cálculos de las magnitudes por acción hay que tener en cuenta la suma de ambas.

Grifols desarrolla y produce tratamientos terapéuticos basados en las proteínas presentes en el plasma humano, la parte líquida de la sangre. La compañía obtiene el plasma a través de una extensa red de unidades de donación, que fue ampliada en agosto de 2018 tras adquirir 24 nuevos centros en Estados Unidos, por los que pagó 286 millones de dólares. Actualmente cuenta ya con 256 centros de plasma en Estados Unidos y Europa.

El negocio de la sangre: 112 euros el litro

Si bien las acciones cerraron en 2018 a niveles similares a los de 2015, han sido unas de las más rentables de la bolsa española desde 2006. Cien euros invertidos en estos títulos en diciembre de 2006, y tras haber reinvertido los dividendos netos en las propias acciones, habrían valido 547,2 € al cierre de 2018, 5,6 veces más que si se hubieran colocado en un fondo indexado al IBEX 35.

La compañía de hemoderivados aumentó sus ingresos un 3,9% en 2018, aunque a tipos de cambio constantes (sin tener en cuenta las fluctuaciones de divisas) el incremento fue del 9,2%.

En su informe de resultados, indica que el beneficio neto recurrente de 2018 fue de 596,6 millones de euros, que coincide con el beneficio neto informado, mientras que en 2017 fue de 587,9 millones de euros. Las partidas excluidas en esta magntud están relacionadas con la adquisición de Hologic, la reevaluación de los activos de Aradigm y la reforma fiscal de Estados Unidos.

La deuda financiera neta fue de 5.343,1 millones de euros según el cálculo tradicional, que coincide con el dato que ofrece la propia empresa. Supone 5,4 veces el beneficio operativo y 4,3 veces el EBITDA (beneficio operativo más amortizaciones).

Los ratios de rentabilidad corporativa disminuyeron significativamente. Esto tiene que ver principalmente con un notable incremento del activo y del patrimonio neto a raíz de las compras realizadas y las inversiones llevadas a cabo en la División Bioscience. La adquisición de la alemana Haema AG ha permitido a Grifols tener los primeros centros de obtención de plasma fuera de Estados Unidos, mientras que la de Biotest US Corporation ha reforzado su presencia en Estados Unidos. Tras dichas adquisiciones, la farmacéutica catalana ha vuelto a vender ambas empresas por el mismo importe para evitar un aumento de la deuda financiera, pero reservándose una opción de compra y el control operativo de las unidades de donación.

Así, al dividir el beneficio operativo sobre un capital empleado más elevado (11.073,4 millones de euros frente a los 9.690,9 millones de euros de 2017), la ROCE cae del 10,35% al 8,98%. La División Bioscience, dedicada a la investigación, producción y comercialización de proteínas específicas, es la principal fuente de ingresos de la compañía, pues representó el 78,4% de los ingresos de 2018.

Esta caída de la rentabilidad sobre el capital empleado coincide además con un aumento del coste de la deuda, lo que hace disminuir la rentabilidad efectiva del 6,01% al 4,38%.

 

El próximo dividendo de Grifols (actualizado 28-05-2018)

En la Junta General de Accionistas de Grifols del 24 de mayo de 2018, se decidió distribuir un total de 262.466.149 € en dividendos ordinarios y 2.614.251 € en dividendos preferentes a cargo de los resultados de 2017.

Grifols tiene dos tipos de acciones, las de clase A y las de clase B. Las acciones clase A son de tipo ordinario y son las que cotizan en el IBEX 35. Las acciones clase B son preferentes y no tienen derecho a voto. En realidad, tanto las acciones A como las B reciben el mismo dividendo ordinario pero las B tienen además un dividendo preferente fijado en 0,01 € en los estatutos sociales de la compañía. Es decir, el dividendo de las acciones preferentes se compone de un dividendo ordinario variable y de un dividendo fijo de 0,01 €. No obstante, este último dividendo no está garantizado en caso de que los resultados no permitan pagarlo.

De los 262.466.149 € a repartir a cargo del dividendo ordinario del ejercicio 2017, 122.986.278,36 € fueron distribuidos en diciembre de 2017 en concepto de dividendo a cuenta. La cantidad a repartir como complementario asciende a 139.479.870,64 €. Este importe se distribuirá entre todas las acciones preferentes emitidas y las acciones ordinarias en circulación. Al cierre de 2017, el número de acciones propias en poder de la compañía era de 3,3 millones, de modo que el número de acciones clase A en circulación estaba en torno a los 422,82 millones de títulos. Por tanto, los 139,5 millones de dividendo complementario se repartirán entre unos 684,2 millones de títulos, o sea que a cada acción de clase A y a cada acción de clase B le corresponderán unos 0,204 € de dividendo ordinario. Finalmente, este importe será exactamente de 0,20399654 € según ha anunciado la compañía.

Además, las acciones de clase B se repartirán 2.614.251 €, lo que supone 0,01 € de dividendo preferente.

La fecha de pago del dividendo complementario y del preferente es el día 5 de junio de 2018. La fecha de descuento es el 1 de junio.

El dividendo ordinario total a cargo de 2017 de las acciones ordinarias ascenderá a unos 0,384 € y el de las preferentes, a unos 0,394 €. Grifols obtuvo un beneficio neto atribuido de 662,70 millones de euros en 2017 (0,97 € por acción), de los que repartirá un total de 265,08 millones de euros (incluyendo el dividendo preferente), justo el 40%.

Grifols distribuyó un dividendo ordinario a cargo de 2016 de 0,316 €. El incremento en 2017 es del 21,5%, similar al aumento del beneficio por acción, que fue del 22,2%.

El verdadero beneficio de Grifols en 2017

 

 

El verdadero beneficio de Grifols

Grifols es una de las empresas españolas que más se ha revalorizado en los útlimos años. En la tabla puede verse que 100 € invertidos en acciones del fabricante de hemoderivados al final de 2006 se habrían convertido en 575,3 € mientras que solo habrían crecido hasta 109,8 € en el IBEX 35 con dividendos.

Dicha revalorización se ha apoyado en un significativo incremento del beneficio por acción, que ha pasado de 0,21 € en 2007 a 0,97 € en 2017. En el mismo período, el beneficio operativo ha pasado de 146,35 millones de euros a 1.003,34 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 21,2% anual.

Sin embargo, desde finales de 2014 el crecimiento está siendo mucho más lento. El beneficio operativo ha aumentado un 5,3% anual entre 2014 y 2017. El beneficio por acción ha crecido un 12,5% anual pero ello se debe casi por completo a los efectos de la reciente reforma fiscal de Trump.

En las cuentas de 2017, el impuesto de sociedades fue de 34,4 millones de euros pero la propia compañía reconoció que sin la reforma fiscal en Estados Unidos y “el impacto fiscal de otras partidas no recurrentes“, el impuesto de beneficios habría ascendido a 220,2 millones de euros. Descontando este importe del beneficio bruto y ajustando por minoritarios, el beneficio por acción de 2017 habría sido de 0,70 €, prácticamente el mismo que el de 2014 y un 12,5% inferior al de 2016.

En el primer trimestre de 2018, el beneficio neto atribuido aumentó un 7% respecto del primer trimestre de 2017. Pero el beneficio neto ajustado disminuyó un 2,1%. El beneficio neto ajustado “excluye partidas no recurrentes y relacionadas con adquisiciones recientes, la amortización de los gastos financieros diferidos relacionados con la refinanciación y la amortización de intangibles asociados a adquisiciones“.

El beneficio por acción estándar interanual a marzo de 2018 es de 0,983 € y el ajustado, de 0,96 €.

En el informe de resultados anual, Grifols proporciona, además, una medida del beneficio neto recurrente, que excluye los efectos de la reforma fiscal en EE.UU. y la reevaluación de los activos de Aradigm. En la tabla siguiente, obtenida del informe de resultados de 2017, se indica que el beneficio neto recurrente es de 587,9 millones de euros, 74,8 millones de euros menos que el beneficio neto informado. Esta última cifra es la diferencia entre créditos fiscales de 185,8 millones de euros y gastos operativos considerados no recurrentes (principalmente gastos de investigación y desarrollo) de 111 millones de euros. En la tabla puede verse que el aumento respecto a 2016 fue del 7,8% mientras que el beneficio neto informado creció un 21,5%.

Grifols no proporciona datos trimestrales del beneficio neto recurrente pero si hacemos un ajuste similar al realizado por la empresa en 2017, el beneficio por acción recurrente a marzo de 2018 estaría en torno a los 0,87 €. Si tenemos en cuenta que cada año hay gastos no recurrentes y no los descontamos, el beneficio por acción estaría en torno a los 0,72 €.

Grifols desarrolla y produce tratamientos terapéuticos basados en las proteínas presentes en el plasma humano, la parte líquida de la sangre. La compañía obtiene el plasma a través de una red de 150 centros de donación en Estados Unidos gestionados por ella misma. La técnica de obtención de las proteínas del plasma, llamada plasmaféresis, fue desarrollada en 1951 por José Antonio Grifols, fundador de la empresa junto con su padre y sus hermanos.

El negocio de la sangre: 112 euros el litro

El negocio de la sangre: 112 euros el litro

En la letra pequeña del documento que recibe un donante de sangre que acude a un centro de la Cruz Roja se puede leer algo como lo siguiente: “soy consciente de que ciertos componentes de mi sangre pueden ser utilizados para la fabricación de medicamentos“. Esos “ciertos componentes“ hacen referencia al plasma, la parte líquida de la sangre que transporta nutrientes a todas las células del cuerpo. El plasma está compuesto en un 90% de agua y un 10% de unas proteínas muy codiciadas por la industria farmacéutica.

Solo el 20% del plasma de la sangre recogida por la Cruz Roja va a hospitales. El 80% restante se vende a empresas privadas para la elaboración de medicamentos, que reciben la denominación de hemoderivados.

Cada año, la Cruz Roja, que tiene el monopolio de la recogida de sangre en Suiza, vende 80.000 litros de plasma a la industria farmacéutica, por los que obtiene 9 millones de euros, o sea unos 112 euros por litro.

Así se desprende del reportaje suizo Le business du sang, de Pierre Monnard, Marie Maurisse y François Pilet, emitido recientemente por el canal autonómico TV3.

Las principales empresas que adquieren esa preciada materia prima son la española Grifols, la suiza Octapharma, la australiana CSL Behring y la estadounidense Baxter. Entre las cuatro dominan un mercado de 17.000 millones de dólares.

Los medicamentos a base de plasma sirven, por ejemplo, para tratar pacientes con deficiencias inmunológicas que les hacen contraer infecciones de forma continua. Una paciente que interviene en el reportaje debe someterse cada tres semanas a transfusiones de inmunoglobulina, una sustancia esencial que su cuerpo no produce. Las transfusiones se realizan en sesiones que duran entre 3 y 4 horas y su coste es de 3.600 euros, lo que supone unos 60.000 euros al año.

En Suiza solo es posible donar sangre una vez al mes y no es una práctica remunerada. En Estados Unidos, en cambio, es posible vender sangre dos veces por semana. Por este motivo, Ortopharma ha creado una filial en Estados Unidos para obtener plasma de donantes, con el cual elabora los medicamentos que vende en Suiza y en el resto del mundo.

La filial de la empresa suiza Octapharma en Estados Unidos ha montado una verdadera industria de extracción de sangre en uno de los barrios más deprimidos de Cleveland. En primer lugar los donantes son interrogados acerca de su salud por máquinas. A continuación, pasan a una sala con varias decenas de camillas y que está operativa 12 horas al día 7 días a la semana.

Los donantes, mejor dicho los vendedores de su propia sangre, empiezan ganando 50 dólares por las cinco primeras veces, luego 20 dólares por dos veces a la semana y finalmente 40 dólares semanales por dos extracciones.

Los donantes mienten acerca de su estado salud, algo sencillo ya que el interrogador es una máquina. Muchos de ellos son enviados a los centros de donación por sus suministradores de droga para que puedan costearse su adicción. No obstante, el plasma se limpia sistemáticamente para eliminar todo tipo de patógenos, incluido el virus del sida y de la hepatitis, con la posible excepción del virus que causó la enfermedad de las “vacas locas“. Según Jean-Jacques Huart, director del mayor centro de transfusiones de Francia, las técnicas de limpieza del plasma son muy eficaces pero es probable que no puedan detectar agentes infecciosos todavía desconocidos.

Grifols indica en su página web que “como ocurre con todos los hemoderivados, el riesgo de transmisión de agentes infecciosos, entre los que se encuentran virus y, teóricamente, el agente de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, no se puede eliminar completamente.“

Según el sociólogo Luke Shaefer, de la Universidad de Michigan, el número de familias en Estados Unidos que declaran ingresos inferiores a 2 dólares por persona y día en cualquier mes se ha incrementado en más del doble en los últimos 15 años y el número de familias que recibe ayuda alimentaria se ha multiplicado por cuatro. De aquí que muchas personas vendan su sangre para obtener unos ingresos que a menudo son los únicos que entran en el hogar.

Un donante dice que “es un trabajo, yo suministro un producto“. Otro asegura que gracias a ese “trabajo“ puede obtener los 200 dólares mensuales que necesita para pagar su modesto piso subvencionado, que le cuesta 32 dólares al mes, y el resto de sus gastos.

Los autores del reportaje concluyen afirmando que “los pobres se han convertido en una reserva ilimitada de materia prima“.

Grifols es la mayor empresa europea en el sector de hemoderivados y posee plantas de producción de plasma en España (Parets del Vallés, cerca de Barcelona) y Estados Unidos (Los Ángeles, Clayton y Melville). En dichas instalaciones se separan las diferentes proteínas del plasma, procedimiento conocido como fraccionamiento. Las proteínas, una vez purificadas de virus, se utilizan para elaborar los medicamentos (hemoderivados).

La farmacéutica obtiene el plasma a través de una red de 150 centros de donación en Estados Unidos. Según afirma, “cada etapa del proceso está diseñada para garantizar la seguridad, la pureza y la calidad del plasma, así como la salud y el bienestar de nuestros donantes. (…) Grifols solo obtiene plasma de donantes cualificados y el plasma se analiza cuidadosamente en nuestros propios laboratorios antes de su envío a producción. En el proceso de producción, se fraccionan las proteínas con utilidad terapéutica que luego serán sometidas al proceso de purificación e inactivación vírica para mejorar su seguridad y eficacia.“