El Banco Santander posee actualmente el 0,083% de sus propias acciones, lo que supone unos 13,5 millones de títulos sobre el total de 16.236,5 millones de acciones de su capital social. Debería adquirir mil millones de acciones más hasta alcanzar un total de unos 1.015 millones de títulos en autocartera. Esto supondría un 6,25% del capital total, lo que estaría por debajo del límite máximo del 10% que se permite a las sociedades cotizadas.
La cuestión es que le saldría más barato comprar acciones propias en bolsa y luego repartirlas entre sus accionistas que pagar dividendos, y los accionistas ganarían lo mismo o más.
El banco cántabro pagará 0,23 € por acción a cargo de 2018, de los cuales 0,195 € habrán sido en efectivo (quedan por satisfacer un pago a cuenta de 0,065 € en enero y otro del mismo importe en abril). Ha anunciado que a partir de 2019 pasará a retribuir al accionista en dos veces, en vez de cuatro como hasta ahora. Así, el primer pago a cuenta de 2019 será en noviembre de 2019 y el segundo (complementario) en mayo de 2020. Si se mantiene el mismo dividendo que en 2018, en noviembre de 2019 podría abonar 0,10 € y en mayo de 2020, 0,13 €. Sin embargo, podría distribuir un importe inferior ya que ha afirmado que todo el dividendo será en efectivo. Si este fuera de 0,20 €, podría afirmar que “ha incrementado el dividendo en efectivo“.
Si partimos de la base que el Santander se propone pagar 0,23 € en efectivo a cargo de 2019, el desemboso ascendería a 3.731 millones de euros (16.236,5 millones de acciones menos 13,5 millones de acciones actualmente en autocartera, multiplicado por 0,23 €). Con esa misma cantidad, podría adquirir los 1.001,5 millones de títulos que le harían falta hasta alcanzar una autocartera de 1.015 millones de títulos si el precio medio fuera de 3,72 €. Por debajo de ese precio, le saldría más barato comprar acciones propias y distribuirlas que pagar dividendos. El día 21 de diciembre los títulos cerraron a 3,93 € y el día 10 del mismo mes hicieron un mínimo de 3,865 €, por lo que esos 3,72 € quedan a poca distancia.
¿Por qué el objetivo debería ser una autocartera de 1.015 millones de acciones? Esta cantidad es el resultado de dividir el número total de acciones del capital social por 16. Es la cifra que permitiría distribuir una acción gratuita a cada accionista por cada 16 títulos que este tuviera en acciones del banco. Representaría un rendimiento en especie del 6,25%, superior incluso al rendimiento por dividendo actual del 5,85% (0,23 € dividido por el precio actual de 3,93 €).
Imaginemos que el Santander hiciera una ampliación liberada de 1×16 y emitiera 1.015 millones de acciones nuevas. Esto generaría un derecho de suscripción de 0,23 € por acción, lo que supondría un rendimiento del 5,85% sobre un precio de 3,93 €. Pero esta ampliación provocaría un efecto dilución porque el beneficio se tendría que repartir entre un número más elevado de acciones. En cambio, la distribución de acciones procedentes de la autocartera genera un rendimiento similar sin que se produza dicho efecto dilución.
La CNMV limita las operaciones de autocartera a un máximo del 15% del volumen medio diario negociado en las últimas 30 sesiones. En el mes de noviembre, el mercado negoció una media diaria de 38,9 millones de títulos pero en otros meses la media ha sido más alta. En octubre fue de 54,8 millones. En los últimos doce meses ha sido de 74 millones. Pongamos como referencia el mes de noviembre. El Santander podría adquirir una media diaria de unos 5,8 millones de acciones propias. Podría alcanzar una autocartera de 1.015 millones de títulos en unas 175 sesiones (en un año hay unas 250 sesiones), lo que le daría suficiente margen para distribuir, por ejemplo, una acción gratuita por cada 32 que tenga el accionista en noviembre de 2019 y la misma cantidad en mayo de 2020.
Si bien la normativa prohíbe utilizar las operaciones de autocartera para sostener la cotización de las acciones, la adquisición regular de títulos enviaría al mercado una señal de confianza que podría ayudar a estabilizar o favorecer la recuperación de los precios.
El banco podría optar igualmente por amortizar las acciones en autocartera y reducir capital en un 6,25%. Los accionistas no recibirían acciones gratuitas pero las que ya tienen se revalorizarían porque aumentarían el beneficio por acción y el valor contable. Por otro lado, el banco afrontaría un menor desembolso de dividendos en términos absolutos en años sucesivos, lo que reforzaría los recursos propios de la entidad.