Cómo es posible que Bezos y Musk sean los más ricos del mundo si sus empresas apenas hacen beneficios

Jezz Bezos y Elon Musk, fundadores de Amazon y Tesla respectivamente, son actualmente las personas más ricas del mundo. Sin embargo, hasta 2015 Amazon apenas declaró beneficios y en 2019 Tesla todavía estaba en pérdidas.

El caso de Amazon

Como afirma el analista de tecnología Benedict Evans, Amazon funciona como un “bucle cerrado“ en el cual los flujos de caja se reinvierten continuamente en la propia empresa para expandir el negocio. Sus responsables financieros intentan deliberadamente que el beneficio tienda a cero para maximizar las oportunidades de inversión.

La compañía de Bezos disparó sus beneficios en 2020 gracias al aumento de las compras por Internet debido a la pandemia, pero en 2012 y 2014 perdió dinero, y de 2005 a 2011, así como de 2015 a 2017, tuvo beneficios netos equivalentes a en torno el 1%-3% de los ingresos. 

Los balances de la compañía revelan un enorme crecimiento de las infraestructuras físicas: es el resultado de haber abierto nuevos centros de almacenamiento y reparto, uno tras otro. De esta forma, Amazon ha conseguido acercarse a cada vez más clientes, lo cual ha traído consigo una reducción de los plazos y gastos de envío, lo que a su vez se ha traducido en un aumento de los márgenes de explotación y en un crecimiento de los flujos de caja, que de nuevo se han destinado a nuevas infraestructuras, realimentando el ciclo.

Es decir, Amazon ha estado totalmente enfocada en aumentar su capacidad y su potencial de crecimiento, en vez de centrarse en retribuir a sus accionistas.

El caso de Tesla

El caso de Tesla es diferente, pero similar al mismo tiempo.

Si la compañía de Bezos domina el mercado mundial de la distribución, la de Elon Musk solo vendió el 0,7% de automóviles que se comercializaron en el mundo en 2020. Mientras que Amazon es una máquina de generar flujos de caja, en 2018 Tesla corrió peligro de quedarse sin efectivo. 

Tesla tuvo su primer año con beneficios en 2020, tras nada menos que 17 años de pérdidas. De hecho, los beneficios de 2020 no fueron “reales“, según los analistas más críticos. La cuestión es que en once estados de Estados Unidos, los fabricantes de automóviles están obligados a producir una cuota determinada de coches con emisiones cero. En caso contrario, deben comprar créditos regulatorios a empresas que sí cumplen con dicha cuota, como Tesla. La compañía de Musk ganó unos 1.600 millones de dólares por este concepto, sin los cuales habría tenido pérdidas por unos 880 millones de dólares. 

Estos mismos analistas advierten de que el negocio de los créditos regulatorios tiene fecha de caducidad, ya que en el futuro todos los coches deberán ser no contaminantes. Consideran que Tesla opera en un mercado con una competencia feroz, pues en unos años todos los fabricantes se van a ver obligados a producir solo coches sin emisiones. Volkswagen ya ha superado a Tesla en ventas de coches eléctricos. 

Si Amazon ha pasado la mayor parte de su historia declarando beneficios exiguos e incluso pérdidas -mientras se guiaba por una métrica más significativa que los beneficios, los flujos de efectivo-, Tesla calcula su beneficio de modo diferente al convencional, como hacen muchas otras empresas. En 2020 declaró un beneficio neto ajustado de 2.500 millones de dólares, cifra que no incluye los mencionados créditos regulatorios, gracias a los 5.400 millones de dólares de beneficio bruto de su negocio automovilístico. A diferencia de lo que opinan algunos analistas, no es cierto que Tesla venda por debajo de coste. Lo que ocurre es que, como Amazon, reinvierte en nuevas plantas de ensamblaje, desarrollo de modelos y tecnología. 

“Los beneficios son el pasado“

A Tesla se le puede aplicar lo mismo que escribió John Markman en Forbes en 2017 en su artículo The Amazon Era: No Profits, No Problem (La Era Amazon: ¿No hay beneficios? No es problema), donde aseguraba que Bezos había cambiado las reglas del juego: “los beneficios son el pasado, ahora es todo sobre la visión y la gran narrativa“.

Tesla está posicionada en otros negocios de elevado potencial, como la energía solar destinada a uso residencial. Ya es uno de los principales proveedores de Estados Unidos en este segmento y, según afirma la empresa, el más eficiente.

Sus coches no solo son eléctricos, además son autónomos y tienen la posibilidad de ser cargados con electricidad generada por energía solar. Tesla, por tanto, es más que un fabricante de coches. Es una empresa tecnológica enfocada en energías renovables y en un nuevo estilo de vida. Sus productos incorporan tecnologías que el resto de empresas está tardando años en implantar. 

Como Amazon, tiene “visión y una gran narrativa“. Mientras los grandes fabricantes se enfrentan a un mercado maduro de bajo crecimiento, Tesla espera incrementar sus ventas a un ritmo del 50% anual en los próximos años. 

El origen de la fortuna de Bezos y Musk

El origen de la fortuna de Bezos y Musk no es otro que el inusitado aumento del precio de las acciones de sus respectivas compañías, aumento que ha sido consecuencia de la visión a largo plazo de ambos. El primero tiene el 11,1% del capital de Amazon y el segundo, el 20,7% del capital de Tesla.

Las acciones de Amazon valían unos 10 dólares a finales de 2001. En 2010 ya cotizaban a 120 dólares y en 2015 a 300 dólares. Hoy valen más de 3.400 dólares.

Las acciones de Tesla valían unos 4 dólares en 2010, unos 10 dólares en 2013 y unos 60 dólares en 2019. En 2020 el precio se multiplicó por ocho (a pesar de haberse desplomado más de un 50% entre febrero y marzo de ese año) y actualmente valen 872 dólares.

La compañía de Elon Musk tiene una cuota de mercado del 0,7% pero hoy vale tanto como los doce mayores fabricantes de automóviles, a pesar de que estos copan el 90% del mercado.  

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